El asombroso caso de Keylor Navas

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Ernest Folch

Ernest Folch

El caso de Keylor Navas merecería una tesis doctoral en la asignatura ‘supervivientes del fútbol’ si es que un día llega a existir. El último capítulo de esta fascinante historia se produjo ayer, en el amistoso en el que el Real Madrid volvió a perder para seguir su tradición de desastres estivales, y en el que Keylor volvió a jugar una vez más de rebote (por la lesión de Courtois) y una vez más salvó a su equipo de una debacle mayor con tres grandes paradas.

¿Se ha hecho alguna vez el inventario de todos los partidos que ha salvado Keylor? Lo curioso del caso es que este extraordinario portero, héroe de la afición madridista, es el jugador eternamente señalado por Florentino, que le busca sustituto cada verano desde que llegó hace ya cinco temporadas: el año pasado el presidente consiguió por fin su objetivo con el fichaje de Courtois cuando un portero nuevo no era ninguna necesidad, y el belga ha sido incapaz de demostrar que mereciera la titularidad por delante de Keylor.

El colmo de la desgracia para el costarricense fue la llegada de Zidane, que amagó incluso en un partido oficial en hacer jugar a su hijo (sin ninguna experiencia relevante en el fútbol de élite) incluso antes que a Navas. Ahora que se dispone a empezar su sexta temporada en el Madrid, lo hará otra vez de suplente sin que haya hecho méritos para merecerlo y, como siempre, sin recibir ninguna muestra de cariño por parte del club.

No fue ninguna casualidad que Sergio Ramos pasara su luna de miel junto a Keylor, su particular manera de recordarle a Florentino que nunca tendrá el apoyo del vestuario en su empeño de marginar al guardameta. Y es que, excepto el presidente y ahora el entrenador, todo el mundo reconoce que Keylor fue una pieza básica para la conquista de las tres Champions seguidas. Sin embargo, es posible que pase a la historia del fútbol no por sus títulos sino por su asombrosa capacidad de supervivencia en un club que nunca le ha reconocido su talento.