La apuesta temeraria por el 'Baby Barça'

La ilusión que genera la aparición de jóvenes jugadores de la cantera del FCBarcelona contrasta con el peligro que implica el salto al mundo profesional de chicos en pleno proceso formativo, con edad aún de primer año de juvenil. Este paso implica saltar muchas fases de su proceso formativo para aparecer en un escenario como San Mamés, que hervía, lidiando en un mundo nuevo para ellos. Han pasado de jugar en el campo de la Ciutat Esportiva con la presencia de 200 espectradores, que están callados, a una caldera con leones. Ya jugarse una clasificación para la Copa del Rey ...y para la Supercopa. Con los condicionantes económicos que implican.

Comercialmente, a nivel de imagen, es positiva la aparición de estas perlas porque, a la larga, deben ser el futuro de la entidad que, cuando mejor le ha ido, es con la cantera de protagonista. Y todos estos jugadores tienen madera para ser importantes, pero lo que no está tan claro, o en absoluto para mí, es si es el momento para dar el salto. Un chico de 16 años no está preparado ni físicamente ni mentalmente para envites como éste, ni para asumir, como se les ofrece el papel de protagonista del Barça, un equipo que debe ganar títulos. Los jóvenes de estas edades deben acompañar, para seguir creciendo, para aprender, pero en San Mamés, en una situación extrema, salieron para decidir, para cambiar el ritmo de un partido. El peligro que hay en este proceso es estresarlos al máximo hasta llevarlos a sufrir lesiones.

Ocurrió con Ansu Fati (entonces el Barça tenía las mismas urgencias que ahora) y ocurrió con Angel Alarcon, una perla que resurgía tras varias intervenciones y recayó con tanto ascenso y descenso de equipos. Sin ánimo de llamar al mal tiempo, el Barça expone demasiado a sus jugadores que, en su mayoría, vienen del juvenil sin apenas pasar por el filial. ¿Por qué Xavi no recurre a Pau Víctor cuando es el segundo máximo goleador de Primera RFEF y sí apuesta por Marc Guiu, que juega con el juvenil? El Barça tiene tanta prisa, tantas urgencias que a costa de generar ilusión es capaz de poner en peligro el mismo futuro de la entidad.