Opinión

El ADN Barça no es pintar cuadros con los pies

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Juanma Lillo, segundo entrenador de Pep Guardiola y uno de los padres del juego de ubicación, dijo que su pretensión como entrenador no era que sus jugadores pintaran cuadros con los pies. La verdadera aspiración es ser competentes con el juego, competir respetando la naturaleza y la lógica interna del mismo, siendo la belleza una consecuencia casi última de hacer bien las cosas.

Entiéndase que el ADN Barça es la gana de jugar bien para ganar. Es considerar la pelota como centro de operaciones, es ponderar el pase para ir haciendo patente el número de jugadores, es viajar juntos y gustar del pase corto para disminuir el riesgo de perderla, es querer jugar en campo contrario para estar lejos de nuestra portería y cerca de portería contraria, es distraer por fuera para encontrar por dentro..., entre otras ideas que aumentan las probabilidades de ganar.

Y este Barça con Xavi es de paternidad probada, ácido desoxirribonucleico coincidente al 99,9% porque el 100% solo se da en pruebas negativas. En los últimos cinco partidos, el equipo casi siempre hizo más pases que el rival, promediando 511 lazos que significan 511 búsquedas de espacios. En al menos cuatro partidos se consiguió cometer menos infracciones que el oponente -lo que beneficia la continuidad del juego-, se tuvo más precisión en los pases, más presencia en cancha contraria, más ocasiones generadas y menos remates recibidos. El arquero tuvo más intervenciones con los pies -lo que supone más inicios de ataque-, y el equipo siempre se defendió corriendo hacia adelante.

Klopp y Guardiola, en un enfrentamiento en 2018

Klopp y Guardiola, en un enfrentamiento en 2018 / EFE

Son datos duros que sirven para ubicarnos y no salirnos de madre. Es cierto que la idea Barça se caracteriza y se diferencia de las demás por ver más allá de lo tangible, pero también por saber contextualizar y darle a cada cosa su valor natural.

Es bueno recordar que si alguna vez esta filosofía supuso una revolución táctica fue por entender la evolución, por respetar lo orgánico y comprender la función biológica del juego/jugador. Por ver el error como motor y por tener paciencia con lo que parece falta y en realidad es fortaleza, como cuando veíamos los cuerpos de Xavi e Iniesta y decíamos que así no se podía.

Entendamos que la naturaleza y la lógica interna del juego nunca hablan de pintar cuadros con los pies. Lo bello acaba surgiendo de hacer bien las cosas y la cuestión es seguir jugando sin desdibujar la sonrisa. Es la ideología Barça.