Por sus actos los conoceréis

Jordi Llauradó, directivo del FC Barcelona

Jordi Llauradó, directivo del FC Barcelona / Valentí Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

Si ha habido un nombre propio esta semana en clave azulgrana ha sido el de Jordi Llauradó. Me consta que al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, no le ha hecho ninguna gracia que el máximo responsable directivo del Espai Barça, la obra patrimonial más grande e importante de la historia del club, haya dicho, por decirlo de una manera suave: “Ahí os quedáis”. Dicen en el club que Laporta intentó por todos los medios que reconsiderara su decisión, sabedor de la repercusión mediática que tendría su renuncia.

La retirada o dimisión de Llauradó del área del Espai Barça se ha querido adornar con el eufemismo de siempre: bla, bla, bla... pero la verdad solamente podremos conocerla el día que el hijo de Jaume Llauradó la explique por él mismo. Y eso parece ser que será difícil, aunque no imposible, porque en el FC Barcelona y fuera del club, quienes le conocen le tienen por una persona discreta, nada dada a regalarle los oídos a nadie y sobre todo muy barcelonista, entendiendo por barcelonismo el servicio al club. Para que conste en acta, Jordi Llauradó no forma parte del ‘núcleo duro’ de Laporta. A buen entendedor...

Por lo tanto, habrá que leer entre líneas e interpretar los gestos y hasta los silencios. La realidad, le duela a quien le duela, es que después de haber pagado lo que le correspondía de la campaña electoral y del aval, porque su gran ilusión era ayudar dentro del Espai Barça, Llauradó no estuvo en la votación más importante de todas: la elección de la empresa que tiene que remodelar el Camp Nou.

Ustedes dirán: bueno, no pasa nada, no estaba en Barcelona... ¿o no quiso estar? Es cierto, pero Llauradó tampoco delegó su voto ni entró en la junta directiva por videoconferencia, como alguna vez ha ocurrido con algún directivo.

Ya escribí en su día que no fue nada inteligente ni tuvo justificación prescindir de los servicios del ingeniero nombrado director de Patrimonio y Espai Barça, Ramón Ramírez. Cambiar a un hombre experto en construcción e ingeniería por otro más versado en recursos humanos no parece tener mucho sentido común.

El Espai Barça ha generado mucho ruido en los últimos meses. Tanto el colegio de arquitectos como de contratistas han mostrado algunas reticencias. Por algo será.

Por cierto, dijo la portavoz del FC Barcelona, Elena Fort, que la empresa seleccionada para el Camp Nou, Limak, había construido el aeropuerto de Estambul. Un matiz: sí, junto a otras cuatro empresas (Cengiz-MAPA-Kolin-Kalyon) que formaban la UTE iGA.

Esperemos que en el Camp Nou no pase lo que pasó en el aeropuerto de Estambul.