El acierto de enseñar y la voluntad de aprender

Xavi se mostró exultante por el resultado pero, sobre todo, porque su trabajo durante la semana ayudó a ganar el partido

BARCELONA GETAFE

BARCELONA GETAFE / EFE

Xavi Torres

Xavi Torres

Hay dos cuestiones que han cambiado mucho en el mundo del fútbol: la preparación física y la pizarra. Hoy todos los futbolistas son atletas y, por eso, son tan valorados los que superan a su marcador en el uno contra uno. Como hay tan pocos, los técnicos han sofisticado la pizarra para encontrar soluciones. Hoy cualquier detalle es muy importante y por eso los entrenadores adquieren un papel decisivo en el funcionamiento de los equipos. No hace falta apuntar nombres. Sin embargo, además de su aportación es muy importante la inteligencia del futbolista para escuchar y, por supuesto, para comprender y ejecutar.

No hace mucho compartimos mantel con un exfutbolista de uno de los mejores equipos del mundo. En su carrera y a nivel de clubes, lo ganó todo. Él, a diferencia de muchos compañeros, unió a su talento innato una formación privilegiada con, quizás, el mejor maestro posible. Eso le ayudó a entender el juego y, sin ser un fuera de serie, consiguió destacar. ¿Cómo era posible que siempre estuviera en el lugar indicado? ¿Por qué siempre elegía bien entre todas las opciones que tenía para jugar el balón? Alguien se lo enseñó y él supo abrir bien los ojos y los oídos. Y así llegó, tras un trayecto complicado, a primera división. Y así triunfó. Una historia sin más, dirán ustedes. Pues no: una historia con mucho por comentar... porque lamentablemente, hay una frase muy común entre los jugadores respecto a su entrenador: “¡A mí qué me va a explicar éste si yo soy futbolista de primera división!”.

En el Barça el problema es todavía mayor porque el método impuesto por Cruyff y Guardiola obliga a cuidar las formas. El método, ya lo hemos explicado muchas veces, es complicado porque va contra lo común pero después de tanto éxito y de tanta pedagogía la idea se ha transformado en un hecho cultural que, bien ejecutado, genera mucho orgullo.

El sábado pasado Xavi se mostró exultante en la sala de prensa tras golear al Getafe. Por el resultado, por supuesto, pero sobre todo porque su trabajo durante la semana y su mensaje a los futbolistas antes de salir al terreno de juego ayudó a ganar el partido. Que el Barça destrozara la línea avanzada de Bordalás con los movimientos de acercamiento de Lewandowski y de ruptura de Raphinha, no fue casualidad. O que las conducciones de Frenkie fueran útiles, tampoco. O el cambio de perfil de Araujo para favorecer el primer pase en la salida de balón de Cubarsí. Todo salió bien.

¿Va a llegar por fin el clic? ¿Van a coincidir el mensaje, la comprensión y la ejecución? Xavi dice que hay tiempo para competir la Liga y la Champions pero quizás, de momento, el objetivo prioritario sea darle continuidad al buen juego del sábado pasado.

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