Victor Wembanyama, el talento que viene

El joven francés destaca por su envergadura, coordinación en los movimientos, facilidad anotadora y lectura de juego

Los San Antonio Spurs, con el pick 1, lo firmarán en el Draft 2023 salvo giro de guion de última hora

El fenómeno Wembanyama aterriza en la NBA

El fenómeno Wembanyama aterriza en la NBA / AFP

Daniel Guillén

Daniel Guillén

El ala-pívot de los Metropolitans 92, Victor Wembanyama, es uno de los nombres propios de la NBA. Y ni siquiera ha desembarcado todavía. El joven talento es uno de los jugadores más cotizados en el Draft 2023 y, casi con total seguridad, se convertirá en el número 1 de su generación por delante de Brandon Miller y Scott Henderson.

El francés, que tiene una altura de 2.21 metros y ha estado en equipos como Nanterre 92 y ASVEL Basket, lo condiciona todo. Su físico, tan fino como abrumador, le catapultan como el elegido para marcar una época en la mejor liga de baloncesto del planeta. Su envergadura (2.34m) potencia la carga del rebote y castiga la pintura; pero sus movimientos coordinados, más propios de un generador que de un center, le permiten ser imprevisible en ataque. Dominar casi todos los registros posibles ofensivamente hablando.

Su perfil físico -todavía mejorable- y técnica encajan como un guante en la deriva actual de la NBA. Una competición que se juega cada vez a un ritmo más alto con castigos constantes desde el perímetro. Pocas franquicias apuestan por dominar desde la pintura una vez irrumpieron los Golden State Warriors (2015) de Curry, Thompson y Green. Una tendencia para la que Wembanyama parece estar preparado. Y no solo eso: para hacerlo siendo dominante desde el minuto uno.

En San Antonio ya sueñan despiertos. Las aciagas temporadas recientes pueden haber valido para poner la primera piedra de un futuro, como mínimo, ilusionante. Porque Wembanyama es eso, ilusión, pero también esperanza, motivación. Un jugador que poco a poco se va convirtiendo en la cara visible de la franquicia y en el enésimo proyecto personal de un Popovich que podría estar ante su último reto.

Paralelismos con Tim Duncan

El fenómeno Wembanyama recuerda al de Tim Duncan hace ahora más de dos décadas y media. En 1997, la franquicia texana seleccionó a un jovencísimo ala-pívot que fue uno de los pilares del éxito. Un jugador versátil que embelleció el juego interior con sus tiros a tableros: su competitividad fue una de las claves de la dinastía que se inició apenas dos años más tarde y que mantuvo en la cima pese a la irrupción -permanente- de Los Ángeles Lakers.

Tim Duncan, uno de los mejores jugadores de la historia

Tim Duncan, uno de los mejores jugadores de la historia / AFP

Los Spurs construyeron de la mano de Popovich un proyecto que alcanzó el cielo hasta en cinco ocasiones (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014). Una generación que marcó para siempre la historia de la franquicia. Parker, Ginobili, Duncan. Construir desde el Draft, con talento joven, puliendo su potencial. Y esa es la intención con Wembanyama. Volver a edificar un proyecto que recupere la identidad de la franquicia de Texas. Con un parámetro común: Greg Popovich. La ilusión reina en San Antonio. Vienen tiempos de cambio.

Una caída progresiva

En San Antonio han vivido una caída paulatina a los infiernos. Seguramente todo comenzara en la derrota apabullante (4-0) de la temporada 2016/17 frente a los Golden State Warriors en las finales de conferencia. El cambio de paradigma era una realidad y los texanos vivían a un mundo del ritmo actual de la NBA. Dos caídas en primera ronda ante Warriors (2018) y Nuggets (2019) reforazaron la idea de que el proyecto necesitaba un cambio de rumbo total. Desde entonces no han vuelto a aparecer en la postemporada: cuatro campañas alejado de los focos y un historial negativo de resultados en la carrera de Popovich nunca visto.

Hasta ahora. Porque la llegada de un jugador como Wembanyama, además de mucho talento joven entre sus filas, invita a pensar que estos Spurs suben el techo y el suelo competitivo y pueden ser una alterantiva en un Oeste cada vez más salvaje, más igualado. Una reconstrucción que parece estar llegando a su fin: los días, en San Antonio, tienen otro aroma. Es turno de ilusionarse.