Un extraterrestre que nos reconcilia con el pasado

Harden se exhibió en el Garden con 45 puntos en una victoria (115-119) de prestigio de los 76ers

Tras el fracaso en Brooklyn, la estrella completó quizá su mejor actuación desde su etapa en Houston

Superlativo Harden en la visita de los 76ers a Boston

Superlativo Harden en la visita de los 76ers a Boston / MADDIE MEYER / AFP

Daniel Guillén

Daniel Guillén

No estaba muerto, estaba de parranda. No hay jugador que haga más justicia a esa referencia que el base de los Philadelphia 76ers, James Harden: en el primer asalto de la serie ante Boston Celtics completó una exhibición de 45 puntos, seis asistencias, dos robos y un 56.7% en tiros de campo para poner la serie patas arriba.

El californiano, que aterrizó en la franquicia de Pensilvania tras una etapa tormentosa en Brooklyn, es uno de los nombres propios del equipo que dirige Doc Rivers y que, sin duda, es ya todo aspirante al anillo. Estos Sixers son un equipo competitivo, compensado y temible que no se andan con tonterías: ante los Celtics, vigente subcampeón de la NBA, se marcharon del Garden de Boston con el 1-0 a su favor en un partido en el que no estuvo la principal estrella y máximo candidato al MVP esta temporada, Joel Embiid.

El ex de Rockets, Thunder o Nets recordó aquel jugador-franquicia tan superlativo que fue en Houston. Un líder natural, carismático. Un asesino desde el perímetro que, además, se apuntó la acción para ganar. Un triple colosal pese al punteo de un jugador tan especialista como Al Horford. El ejecutor que se espera que sea. Y los datos están ahí: no promediaba tantos puntos (22.8) en play-offs desde la temporada 2019/20 en los Rockets (29.6).

El recital del generador de juego no tiene parangón. Con 34 años y lo que puede ser su última etapa en la NBA, La Barba acertó 17 lanzamientos de campo intentados sobre 30 y un primoroso siete de 14 desde la línea de 6'25 metros. Unos números que no desentonan para nada con sus promedios de la temporada regular: 21 puntos, 6.1 rebotes y 10.7 asistencias con un 44.1% de efectividad en tiros de campo y un 38.5% desde el triple.

Pero eso no es todo. El base tan solo perdió seis balones en la dirección del juego y acudió en dos ocasiones a la línea de personal con un inmaculado cuatro de cuatro desde el tiro libre. Un argumento de peso más para un jugador que cuenta con una gran ristra de detractores que justifica el abuso de esos lanzamientos para hinchar sus estadísticas. Su partido es prácticamente perfecto y toda una declaración de intenciones para lo que viene.

James Harden, una de las estrellas del encuentro

James Harden, una de las estrellas del encuentro / Twitter

La franquicia dirigida por Joe Mazzulla sigue siendo favorita en la serie pese al tropiezo inicial. Por argumentos, por plantilla y por recursos. Pero lo cierto es que Philadelphia está lista para competir y puede llevar al límite a unos Celtics que tuvieron que ir a seis partidos para doblegar a los Hawks en la ronda anterior. Las dudas comienzan a aparecer en el equipo que más aspiraciones tiene en el Este tras la sorprendente caída de los Bucks en primera ronda.

El natural de Los Ángeles, drafteado por OKC hace casi una década y media (2009), se convirtió en el quinto jugador de la historia de la franquicia que alcanza los 45 tantos en un partido de play-off tras Allen Iverson (7), Lee Shaffer, Wilt Chamberlain y Billy Cunningham. Si alguien seguía teniendo dudas sobre su acoplamiento a los 76ers tras naufragar en los Nets junto a Durant e Irving, Harden las ha despejado. Y de qué manera. Pase lo que pase a partir de aquí y en la misma serie ante los Celtics, su partido ya es historia de la NBA. Una vez más.