La polémica del Falcon

Robles aclara los vuelos en avión público a la República Dominicana: seis por viaje oficial directo y 34 de escala

La ministra sale al paso de las constantes preguntas del PP y Vox y los bulos que circulan en torno a supuestos abusos del presidente del Gobierno con las aeronaves Falcon que Defensa tiene a disposición de autoridades del Estado

Margarita Robles, ministra de Defensa, durante su comparecencia este lunes ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional del Congreso.

Margarita Robles, ministra de Defensa, durante su comparecencia este lunes ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional del Congreso. / EFE

Juan José Fernández

De 40 vuelos de aviones públicos a la República Dominicana en seis años de gobierno presidido por Pedro Sánchez, seis han tenido como motivación un viaje oficial de autoridades españolas a ese país. El dato ha sido revelado por la ministra de Defensa, Margarita Robles, este lunes al final de su comparecencia ante la Comisión Mixta de Seguridad Nacional en el Congreso, saliendo al paso de las constantes preguntas del PP y Vox y los bulos que circulan en torno a supuestos abusos del presidente del Gobierno con las aeronaves Falcon -y otras- que Defensa tiene a disposición de autoridades del Estado.

Robles ha relatado que de esos seis viajes, parte de ellos los hizo un avión vacío que habitualmente se fleta como recurso de sustitución por si se produjera una avería o cualquier otro problema con el que lleva al Rey o al presidente. Así, los viajes realizados con destino final en la República Dominicana han sido uno de Felipe VI a la Cumbre Iberoamericana de 2023, otro de Pedro Sánchez con el mismo destino, otros dos de aviones de recambio, y dos viajes del ministro de Exteriores.

Los otros 34 vuelos con aterrizaje en Santo Domingo, según ha afirmado Robles, son escalas de otros viajes oficiales a otros países americanos.

Lista de vuelos

Es la primera vez que el Ejecutivo detalla tanto el uso de los aviones que Defensa pone a disposición de autoridades del Estado a través del Grupo 45 del Ejército del Aire y del Espacio, que cuenta con cinco aeronaves Falcon y un Airbus A310. Pero la explicación no ha dado comienzo este lunes: la pasada semana, respondiendo a una interpelación del senador del Grupo Popular Francisco Bernabé, la ministra comenzó a leer una lista de más de 40 vuelos realizados por ella misma en medios públicos, hasta que quien entonces presidía la sesión, el popular Javier Maroto, la cortó por rebasar el tiempo de intervención.

Robles ha aprovechado su siguiente comparecencia en las cámaras para aportar esta otra información que, según ella, no difundió en el Senado por ese corte en el uso de la palabra, y ha exigido respeto por parte de la derecha.

Sin información oficial detallada durante seis años por parte del Gobierno, las acusaciones sobre el uso del Falcon han crecido y han devenido en argumento recurrente para el PP y Vox en las cámaras, y también en narrativa de memes y bulos en las redes sociales frecuentadas por la ultraderecha. La pasada semana, los populares registraron en el Senado una moción para que en la cámara alta se discuta el uso de los aviones oficiales por parte de miembros del Ejecutivo.

En nueve ocasiones los parlamentarios del PP han dirigido preguntas formales sobre el tema al Gobierno, y en la novena ya habló Moncloa de seis vuelos por viajes oficiales, cuando los populares manejaban información sobre 39 vuelos.

Los titulares de Defensa y Exteriores -los más viajeros-, otros ministros y el presidente del Gobierno o el rey Felipe no son los únicos usuarios de aviones oficiales. Estos han sido también empleados en desplazamientos de personalidades de la familia real, indican a El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, fuentes gubernamentales. A la hora de planificar un viaje oficial, el uso de medios públicos -no solo los aviones, también helicópteros Superpuma u otros recursos- viene determinado principalmente por una evaluación previa de la seguridad, indican las mismas fuentes, que insisten en que todos los desplazamientos oficiales del presidente están reflejados en su agenda pública.