Investidura

¿Dónde está Puigdemont? ¿Cómo pudo llegar a Arc de Triomf sin ser detenido?

El expresidente catalán tenía una orden de arresto en vigor desde que pisase territorio español

Regreso de Puigdemont a España, hoy en directo: dónde está, cómo ha desaparecido, por qué no lo detienen

Carles Puigdemont en su regreso a Cataluña para la investidura de Salvador Illa.

Carles Puigdemont en su regreso a Cataluña para la investidura de Salvador Illa. / EFE

Germán González

Uno de los misterios mejor guardados del 1-O fue cómo se consiguieron hacer llegar desde Francia las miles de urnas que sirvieron para realizar las votaciones. Siete años después, la gran pregunta es como uno de los prófugos de la Justicia española más buscado pudo atravesar los 150 kilómetros por carretera que separan la frontera francesa de Barcelona y presentarse casi ante las puertas del Parlament para ser detenido. Y eso que desde hacía días Carles Puigdemont había ido telegrafiando su llegada por las redes sociales.

Los Mossos d'Esquadra han desplegado la operación Jaula, un fuerte dispositivo para buscar a Puigdemont esta mañana, tras su discurso ante los concentrados en el Arc de Triomf y transmitido por streaming con agentes de paisanos y uniformados además de apoyo de la unidad aérea, que sobrevuela los aledaños del Parlament y ARC de triomf.

Fuentes policiales apuntan a que la principal hipótesis es que hacía días que Puigdemont estaba ya en Cataluña escondido y que de esa forma no le costó llegar a Barcelona. En ese tiempo tuvo poca actividad en las redes sociales y los mensajes que enviaba eran ambiguos sobre su situación. También contó con la complicidad de un reducido grupo de personas que le permitió moverse sin ser detectado.

Cualquier cuerpo policial tenía orden de detenerlo, ya que el Tribunal Supremo mantenía en vigor la busca y captura al pisar territorio español. Fuentes policiales explican a este medio que los Mossos d'Esquadra iban a ser los encargados del arresto, aunque cualquier agente debía avisar si veía al expresidente. La Guardia Civil y la Policía Nacional, que controla las fronteras, tenían órdenes de detenerlo, aunque deberían ser efectivos de la policía catalana, concretamente de la Comisaría General de Información, los que hicieran efectiva la captura.

De esta forma se evitarían incidentes, ya que el independentismo podría acusar directamente al Estado del arresto en caso de que lo hicieran agentes de Guardia Civil o de Policía Nacional y ante todo se querían guardar las formas. También habrá que analizar el papel del servicio de seguridad que tiene, formado por mossos fuera de servicio que utilizan vacaciones y permisos para acompañarlo. 

Con todo, lo más probable era que Puigdemont acordase un arresto tras participar en el acto preparado en el Arc de Triomf de Barcelona antes del pleno de investidura y escenificar así su "vuelta del exilio" tras siete años. Después sería trasladado ante el Tribunal Supremo para que se decida sobre su ingreso o no en prisión.

Lo cierto es que las fuerzas y cuerpos de seguridad desconocían el paradero de Puigdemont y que los implicados en ocultarlo no dieron pistas. Algunas fuentes remarcan que los servicios de inteligencia francés y español no tenían ningún motivo para seguir al expresidente al no estar en vigor la euroorden y que pudo pasar la frontera por una de las numerosas carreteras que la cruzan y en la que hay poca vigilancia.

Una vez en Cataluña pudo seguir caminos secundarios hasta llegar a una zona en la que esperar el momento oportuno para aparecer públicamente. Este recorrido, en caso de haberse producido, se había realizado con más de un vehículo separados por varios metros, señalan algunas fuentes. De esta forma, el que iría delante podría avisar al de detrás de cualquier incidencia o de la presencia de un control policial.

Una vez más, el independentismo más épico consiguió un golpe de efecto que tiene más de simbólico que de real, ya que el arresto de Puigdemont no evitará en ningún caso la investidura de Salvador Illa por mucho que se retrase.