Amnistía y Estado de derecho

El PP utiliza su nueva influencia en Bruselas para intentar aplacar a Sánchez

Los conservadores se valen de la fuerza que le han dado las elecciones europeas para mantener la presión contra Sánchez, convencidos de que la CE les apoyará en el rechazo a la ley de amnistía

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), y el presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber (i) se saludan durante la presentación de Dolors Montserrat como candidata a las europeas. A su lado también Esteban González Pons.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), y el presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber (i) se saludan durante la presentación de Dolors Montserrat como candidata a las europeas. A su lado también Esteban González Pons. / David Zorrakino

Paloma Esteban

Las elecciones europeas arrojaron muchos interrogantes sobre el futuro de la próxima Unión: cómo se reeditará la coalición entre populares y socialdemócratas, y cuál será el papel que jugará la ultraderecha, en claro auge tras el 9 de junio. Las alianzas aún deben conformarse, aunque una de las pocas certezas fue el crecimiento indiscutible del Partido Popular Europeo (PPE), que se coronó como el partido con más fuerza de Europa. La candidata a volver a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, trata ahora de hacer todos los equilibrios necesarios para salir reelegida. 

En España cuenta con el apoyo del PP de Alberto Núñez Feijóo, que en la delegación de los conservadores es el segundo partido solo por detrás de los alemanes. Pero al mismo tiempo necesita mantener el respaldo de Pedro Sánchez, con el que siempre ha mantenido una gran sintonía para disgusto del PP. 

Los conservadores en España ya contaban con tener un éxito sustancial en las elecciones europeas y, por eso, desde hace meses advirtieron a Von der Leyen que estarían a su lado pero que necesitaban gestos a cambio. Un respaldo nítido del partido europeo hacia su estrategia de oposición, tan internacionalizada por la ley de amnistía. La influencia que ahora han ganado los de Feijóo -son también la tercera delegación de todo el Parlamento Europeo- ha hecho que esas exigencias sigan al alza. 

Y según confirman fuentes de la dirección nacional a este periódico -y otros dirigentes del PP europeo- el líder conservador pretende apoyarse en esa nueva influencia para mantener el desgaste a Sánchez. Sobre todo, en lo que tiene que ver con la defensa del Estado de derecho que en el PP ven tan deteriorado por el perdón al procés y lo que consideran ya un “ataque abierto a la justicia” desde el Gobierno de España, especialmente desde que el presidente habla de la existencia de ‘lawfare’. 

En Génova aseguran que en la Unión Europea “han ido tomando nota” de la actitud de Sánchez, que durante años se ha trabajado una gran imagen internacional. Los conservadores creen que las alianzas con los independentistas, lo que ha implicado la propia ley de amnistía, su posición tan marcada en favor de Palestina y, sobre todo, actitudes recientes como la campaña europea contra la ultraderecha focalizada en Giorgia Meloni -ahora una líder esencial en la UE como quedó en evidencia en la última reunión del G-7 en la región italiana de Puglia- “ha puesto en evidencia” al socialista “y ha despertado reticencias” también en Europa. 

“Ya le van calando”, dice una persona de confianza de Feijóo para resumir el mensaje que ellos mismos están trasladando a sus socios europeos.

El papel comunitario sobre todo lo que ocurre en España ha tenido mucho protagonismo desde que empezó el proceso de la ley de amnistía pero, ahora, con su aplicación y las prejudiciales que plantearán los magistrados -además del resto de variables que se abran- va a hacer que ese protagonismo de Europa tome cuerpo en la política española. 

De ahí que el PP esté tan decidido a utilizar la fuerza que le han dado las recientes elecciones y jugar la baza de su peso en el PP comunitario. Para consolidar su oposición a Sánchez es más importante que nunca la respuesta que dé Europa.

El informe sobre el Estado de derecho

Feijóo ha empezado a mover fichas toda esta semana y el gallego está al frente de todas las decisiones de calado, con distintos canales de interlocución abiertos. El PP está convencido de que la Comisión Europea respaldará todas sus posiciones y habrá una respuesta a la ley de amnistía. También está por ver cómo evoluciona la negociación del Consejo General del Poder Judicial a la espera de que vuelva a producirse una reunión a tres. En Génova desconcertó el ultimátum de 15 días dado por el presidente, ya que en ninguno de los encuentros previos se había abordado un plazo concreto.

En el PP desconfían de si Sánchez pretende “reventar el posible acuerdo” o si trató de tomar la iniciativa ante la posibilidad de que sí haya pacto. En todo caso, recalcan los conservadores, si lo hubiera siempre pasaría por una despolitización en el sistema de elección de los jueces. 

La propuesta que lanzó el jefe del Ejecutivo -y de la que faltan muchos detalles- tendría que concretarse, sobre todo, advierten los populares, en cómo y quién designará al presidente del Tribunal Supremo, que lo es también del CGPJ. La idea es que la semana que viene se vuelva a reincorporar como comisario de Justicia (hasta que haya relevo definitivo) el belga Didier Reynders, que estaría al mando de la mediación como hasta ahora.

La idea es que vuelva a haber una propuesta encima de la mesa sobre la que trabajar. En el mes de marzo los dos partidos tenían muy avanzado un papel. Lo que también llegará en los primeros días de julio es el informe sobre el Estado de derecho de todos los países miembros -también España- donde se esperan algunas pistas sobre cómo debería ser el acuerdo del Consejo del Poder Judicial.

En el PP siguen convencidos de que la línea marcada por Europa se parece a lo que ellos piden: que los jueces designen a los propios vocales del CGPJ o, como mínimo, ganen mucho peso en esa elección. También hay confianza en que ese informe aborde asuntos clave en España como la delicada situación en la que se encuentra el fiscal general del Estado y la propia ley de amnistía.

Feijóo no está en el Gobierno y eso merma su capacidad de acción frente a la de Sánchez, 

que también se ha consolidado como el principal líder socialdemócrata europeo tras la debacle sufrida por el alemán Olaf Scholz. Ambos serán los negociadores de su familia para los nombramientos de calado, empezando por la presidencia de la Comisión. Sin embargo, en el PP español insisten en que su posición de segunda fuerza dentro de los conservadores les reserva un poder de decisión que piensan ejercer.