Independentismo catalán

Junts convoca su congreso a finales de octubre y contempla que Puigdemont asuma la presidencia

La formación se asienta en la oposición, cuya banda deberá compartir ahora con ERC, y se prepara para dar un vuelco a la estrategia de la formación

La custodia de Puigdemont al acto en el Arco del Triunfo.

La custodia de Puigdemont al acto en el Arco del Triunfo. / Jordi Cotrina

Júlia Regué

Junts per Catalunya emprende su camino para replantear su hoja de ruta. El partido ha anunciado que, a finales de octubre, previsiblemente el fin de semana del 27, día en que se proclamó la independencia fallida en 2017, celebrará un congreso en el que someterá a debate su plan de oposición al nuevo Ejecutivo catalán.

La elección del día pretende dar sentido al propio cónclave, que desde el partido se presenta como una oportunidad para "rehacer y relanzar el independentismo". Así lo ha comunicado el secretario general del partido, Jordi Turull, quien ha asegurado en una rueda de prensa que el encuentro no es para "recomponer el partido ni repartir sillas", dejando caer todo el peso del mismo al "nuevo contexto" catalán, con el Gobierno de Salvador Illa ya en marcha y la "ruptura del bloque independentista", tras la pérdida de la suma en el hemiciclo.

"Podríamos lamentarnos, pero queremos reaccionar", ha afirmado el dirigente sobre esta nueva situación, que entienden que ha forzado al independentismo a buscar "nuevas estrategias". Por eso, ha explicado, el partido coge el liderazgo del movimiento y deja la puerta abierta a que participen todas las personas que se "sientan comprometidas con la independencia", aunque no militen en las filas del partido: "Queremos hablar con gente más allá del perímetro de Junts", ha apuntado: "Se trata de volver a movilizarnos".

Un papel "activo" de Puigdemont

La decisión llega después de que Carles Puigdemont reapareciera en Cataluña el día de la investidura de Illa como president y se marchara después a Waterloo, burlando los controles policiales que preveían detenerle en cumplimiento de la orden de búsqueda y captura que tiene vigente en España. Una actuación que Turull ha dejado claro este lunes que cuenta con la complicidad de la ejecutiva del partido, que se ha reunido este lunes por la mañana: "La decisión del día 8 fue la correcta", ha sentenciado, tras asegurar que, "ninguna de las 66 personas que estaban hoy [en la ejecutiva] ha dicho que lo que se hizo y de la manera que se hizo, no se debía hacer".

Una oposición independentista

Sobre el papel del expresident de la Generalitat en el futuro del partido que se debatirá entonces, Turull no ha descartado que pueda presentarse a la presidencia del partido, pero ha evitado posicionarse: "No imaginamos un relanzamiento del independentismo sin el papel activo del president Puigdemont", se ha limitado a comentar.

Ya con el Govern de Illa en marcha, tras la posesión este lunes de sus 16 consellers, Junts se asienta en la oposición, cuya banda deberá compartir ahora con Esquerra, y se prepara para dar un vuelco a la estrategia de la formación. El cónclave servirá precisamente para decidir si habrá "una unidad independentista" en la oposición. "No somos nosotros quienes han facilitado el Govern más españolista de la Generalitat de Cataluña", ha deslizado sobre sus socios de siempre, con quienes deberán convivir ahora en la oposición, tras más de una década compartiendo Ejecutivo.

Borràs y Turull

Desde 2022, el partido lo preside la exjefa del Parlament, Laura Borràs, que comanda junto a Turull, tras la dimisión de Puigdemont. Un líder moral que ahora podría volver a tomar las riendas de las siglas. Borràs siempre ha defendido que, si Puigdemont se lo pide, no dudará en dar un paso al lado, una petición que varios cuadros del partido ya le han pedido en varias ocasiones, el último, el exalcalde Xavier Trias.

Todo esto después de que Puigdemont viera cómo, pese a dar el 'sorpasso' a Esquerra en las urnas, se quedaba a 7 diputados del PSC y sin una mayoría independentista que le permitiera recuperar el cargo en el Palau de la Generalitat. Planteó la campaña electoral catalana con la voluntad de regresar para ser restituido y el 9 de abril aseguró que, si no lo lograba, dejaría la política, unas declaraciones que después matizó y dijo que no sería jefe de la oposición, pero no que rompiera la política. Por ahora, mantiene su escaño en la Cámara catalana, aunque el jueves, en su reaparición, llegó a Barcelona, pero no accedió al hemiciclo para evitar su detención.