Javi López: "El problema de la oficialidad del catalán en la UE son los gobiernos condicionados por la extrema derecha"

Tras una década como eurodiputado en Bruselas, Javi López (Madrid, 1985), candidato del PSC a las europeas por tercera vez, está dispuesto a completar cinco años más de legislatura, destino que, asegura que no cambiará aunque Salvador Illa logre ser presidente y formar Govern. Se desmarca de la agenda doméstica. Su objetivo el 9 de junio es sumar la quinta victoria del PSC en tres años en Cataluña con el argumento de ejercer de locomotora del PSOE para frenar el ascenso de la extrema derecha.

¿Qué significa la aprobación de la amnistía para las relaciones entre Cataluña y el resto de España?

La definitiva normalización social y política en Cataluña e institucional entre Cataluña y el resto de España. También la condición para abrir una nueva etapa después de 10 años de parálisis que han permitido el gran resultado del PSC en las elecciones del 12 de mayo y que tendría que impulsar un nuevo Govern presidido por Illa.

¿Se ha aprobado más por necesidad que por convicción? Porque Sánchez la rechazaba e incluso en 2019 defendía el cumplimiento íntegro de las condenas del 1-O.

Ha sido una medida coherente con la política del Gobierno de los últimos cinco años. Una medida de gracia, como los indultos, un perdón que es fruto de un acuerdo político que resuelve la mayor crisis institucional y constitucional de España en democracia. Cataluña le ha dado la razón.

¿O sea que da por acabado el conflicto territorial? 

No el debate sobre la política territorial, pero sí la etapa de confrontación, de choque de trenes y de unilateralidad para separarse del conjunto de España.

¿Puigdemont debería poder regresar sin riesgo de ser detenido? 

Lo que el poder judicial tendrá que hacer es aplicar la ley de amnistía, como aplica el resto de leyes. Es previsible que existan recursos de inconstitucionalidad o ante la jurisdicción europea, pero estamos convencidos de su constitucionalidad y de sus estándares europeos.  

El poder judicial tendrá que aplicar la ley de amnistía, como aplica el resto de leyes

¿Hasta qué punto el Estado tiene un problema con el poder judicial si hay jueces que se niegan a aplicar la amnistía?

Todos los organismos internacionales dicen que España es una democracia avanzada equiparable a las de nuestro entorno. Es perfectible, mejorable, y una de las cosas que nos recuerdan es el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial desde hace 2.000 días por parte del PP.  

En la anterior legislatura no se logró ni la oficialidad del catalán ni su uso en la Eurocámara porque faltaba un voto para tener mayoría en la Mesa. Si crecen las fuerzas de derechas, como apuntan los pronósticos, ¿no será aún más difícil lograrlo?

En el caso de la oficialidad, se requiere unanimidad en el Consejo de Asuntos Generales y los que ponen problemas son los gobiernos conservadores y condicionados por la extrema derecha, como el escandinavo y el italiano. No es casualidad. En el caso del reconocimiento y uso en la Eurocámara, hace falta una mayoría de la Mesa. Teníamos siete votos a favor de 15, cinco de ellos socialistas. Es un buen recordatorio de quién hace cambiar las cosas.

¿Qué le hace pensar que el escenario pueda mejorar?

Un escenario puede venir de que los liberales, que se mostraban reticentes por la influencia de Cs, vean menguada esa influencia y cambien los equilibrios de poder. Hay que ver si esto pasa y el resultado de la extrema derecha, que es la gran amenaza casi existencial para la Unión Europea. Esperamos poder continuar con la política de cordón sanitario en la Mesa.

Ese cordón sanitario puede saltar por los aires porque el PP ya abre la puerta a pactos con la extrema derecha. 

Es el gran cambio que podemos ver en la política europea. Puede haber una alianza estratégica del PP con Abascal, Le Pen y Meloni, replicando la que se ha dado a nivel regional en España. Eso movería el centro de gravedad hacia la derecha en Bruselas. Pueden volver los recortes y condicionar la política climática, energética, de industria de movilidad, de vivienda o contra la violencia de género europea. Que la extrema derecha votara en contra nos haría prisioneros de su influencia y probablemente acabaría empujando a Europa a la irrelevancia internacional. 

La extrema derecha puede empujar a Europa a la irrelevancia internacional

¿Tiene alguna responsabilidad la socialdemocracia en el posible auge de la extrema derecha?

Tendremos que hacer una reflexión conjunta de qué ha pasado para que la extrema derecha tenga los resultados actuales. En el conjunto de democracias occidentales, en Estados Unidos y Latinoamérica, están avanzando las posiciones ultra que niegan los principios liberales, la lógica de la ciencia, el cambio climático o la agenda feminista. Hay que responder, preguntarse por qué crecen y ser capaces de dar respuestas reales para combatir sus ideas. 

¿Hasta qué punto la extrema derecha ha influido ya en la agenda europea? Por ejemplo, en el pacto migratorio.

Hemos aprobado por primera vez un marco normativo. Antes había una ausencia de regulación que era un desastre. Comporta obligaciones y responsabilidades en términos de acogida de refugiados. Hay cuotas de acogida, aunque comparto la crítica de que se puedan incumplir con una multa. También se obliga a responder en siete días las peticiones de asilo. Sin duda, la ausencia de este marco regulatorio era peor para los derechos humanos.

Pero esa opción de saltarse las cuotas es por una correlación de fuerzas en la que influye la extrema derecha, ¿no? 

Han sido posturas populares y en el Consejo hay ministros europeos de gobiernos que están condicionados por la extrema derecha. Aun así, hemos sido capaces de avanzar y de aportar soluciones. Pero sí, uno de los grandes problemas de la extrema derecha no es solo la cifra de escaños, sino su capacidad de intoxicar la conversación pública. 

En materia medioambiental, 20 de los 28 indicadores del Pacto Verde no se cumplirán en 2030. 

La Unión Europea es el primer gran bloque que está reduciendo sus emisiones. Lo hemos hecho un 25% i es posible alcanzar el 55% de reducción en 2030. Tenemos una hoja de ruta clara para descarbonizar la economía y hay que hacerlo por razones medioambientales, pero también de competitividad y geopolítica.

Uno de los grandes problemas de la extrema derecha no es solo la cifra de escaños, sino su capacidad de intoxicar la conversación pública

Defiende la necesidad de fijar un impuesto a las grandes fortunas. ¿Qué porcentaje?

Nuestro programa no incluye un porcentaje concreto, pero tenemos que introducir un impuesto de patrimonio europeo para favorecer la redistribución. También uno sobre la banca para los beneficios extraordinarios que ha tenido después de la subida de los tipos de interés, pensar en fiscalidad verde y combatir la lógica del 'dumping' fiscal de países como Luxemburgo, Irlanda u Holanda. El problema es que en política exterior las decisiones tengan que ser por unanimidad.

¿Le sabe mal que no haya un posicionamiento común de la UE para reconocer el Estado de Palestina como ha hecho el Gobierno?

Sí. A la vez, me siento muy orgulloso de la posición del Gobierno. Tenemos que cambiar que la política exterior se decida por unanimidad. Existen posiciones diferentes a nivel europeo. Eso tiene que ver, probablemente, por la sensación de deuda histórica y moral mal entendida, a mi parecer, que algunos países sienten con Israel. Es un problema que la Unión no tenga una posición común, pero Pedro Sánchez, Josep Borrell y Antonio Guterres está manteniendo nuestra dignidad como europeos en el mundo.

¿Hay que romper relaciones institucionales o comerciales con Israel?

Se tiene que presionar más al gobierno de Israel y utilizar la herramienta que tenemos, que es el acuerdo de asociación, que incluye cláusulas en este sentido. La ruptura de relaciones diplomáticas con otro país no es una práctica, ni en casos extremos, que se realice si queremos relaciones internacionales.

Se tiene que presionar más al gobierno de Israel, pero no romper las relaciones diplomáticas

¿Ucrania debe poder hacer uso de las armas occidentales para atacar objetivos militares en Rusia?

El secretario general de la OTAN ha enviado mensajes en este sentido. Deberíamos escuchar este mensaje. Ucrania está luchando por su subsistencia. Los que quieren situar la disyuntiva entre la paz y la diplomacia y la asistencia militar, se equivocan. La condición para una negociación diplomática y la búsqueda de la paz es la asistencia militar. 

¿Se ha hecho poca pedagogía de la importancia de votar en las elecciones europeas?

Tenemos que ser capaces de movilizar. Y la mejor manera es recordando los riesgos y lo que está en juego, que es que la extrema derecha intoxique el proyecto europeo e hipoteque su futuro en las próximas décadas.

¿Qué le parece que el independentismo esté explorando un pacto para impedir una presidencia del Parlament del PSC y tener mayoría en la Mesa?

La Mesa del Parlament tiene que reflejar el resultado de las urnas, la voluntad de los ciudadanos. El mensaje de los catalanes es claro para abrir una nueva etapa y es la primera vez en la historia que el independentismo o el nacionalismo no obtiene una mayoría en el Parlament.