GASTO MILITAR

El Gobierno valora nuevos créditos para comprar armamento pese al rechazo de Sumar

El acuerdo para sostener en el tiempo la ayuda a Ucrania, el compromiso con la OTAN de aumentar el gasto en Defensa y la falta de Presupuestos llevan al Ejecutivo a recurrir al Fondo de Contingencia sin pasar por el Congreso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el pasado lunes en el Palacio de La Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el pasado lunes en el Palacio de La Moncloa. / JOSÉ LUIS ROCA

El aumento del gasto militar es uno de los asuntos de fondo que más fricciones generan entre los socios de la coalición de Gobierno. Sumar no se ha cansado de presentar objeciones a las autorizaciones de gasto aprobadas por el Consejo de Ministros, según trasladan fuentes de este espacio, con el doble objetivo de mostrar su rechazo e intentar monitorizar el destino de dichas partidas. Para la parte socialista del Gobierno, en cambio, la política de Defensa es territorio vetado para sus socios y avanzan que seguirán marcándola. Tanto es así, que se alientan nuevas ampliaciones de crédito durante este ejercicio pese a las advertencias de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Esta semana acusaba de “falta de lealtad” a Pedro Sánchez por no informar previamente sobre el envío a Ucrania de más de mil millones de euros en armamento.

“Las ampliaciones de crédito para Defensa se han hecho otros ejercicios y ahora estamos en prórroga” aseguran fuentes de Moncloa deslizando la aprobación de más partidas extraordinarias con cargo al Fondo de Contingencia por no haberse aprobado los Presupuestos de este año. “Es una decisión nuestra que tomaremos nosotros”, concluyen para invitar a sus socios a mirar más a la “globalidad” del gasto y asumir que pueden condicionarlo todo.

No hay precedentes de partidas extraordinarias para compra de armamento por un valor tan elevado como el de los 1.129 millones euros aprobados en el Consejo de Ministros del pasado 16 de abril. Sin embargo, en el Gobierno argumentan que con esta cantidad no se cubre todavía la senda comprometida con la OTAN para llegar a un gasto en Defensa equiparable al 2% del PIB en 2029. Este 2024 correspondería un 1,3%, una décima más que el año anterior. De ahí que no se descarten nuevas partidas. Máxime, si el Ejecutivo quiere acudir a la próxima cumbre de la OTAN de julio con los deberes hechos. En los Presupuestos de 2023 la partida para Defensa ascendió a 12.825 millones de euros.

El discurso de Pedro Sánchez tras la firma con Volodímir Zelenski del acuerdo de seguridad con Ucrania iba en la misma línea al asegurar que “vamos a estar con Ucrania hasta que se respete su soberanía nacional”. Un apoyo financiero sostenido en el tiempo por el que también subrayó la necesidad de aprobar en Bruselas el nuevo Fondo de Asistencia a Ucrania. En las últimas semanas, el jefe del Ejecutivo ha marcado como una prioridad el aumento del gasto en Defensa e insistido en la necesidad de rectificar la creencia de que “sin invertir en defensa se garantizará la paz”.

Unos argumentos alentados por el curso de la guerra en Ucrania y la amenaza de que Rusia expanda a otros países su ofensiva. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha ido más lejos al referirse en más de una ocasión a que la amenaza de Putin nos aproxima a una tercera guerra mundial. Posiciones que chocan tanto con los socios de Gobierno como parlamentarios. Por la retórica y, sobre todo, por su consecuencia en el aumento del gasto militar en detrimento de otras inversiones.

El PSOE solo ve “electoralismo”

En el entorno de la vicepresidenta segunda denuncian que “hemos pasado de una política defensiva a una ofensiva”. Según ejemplifican, una cosa es aumentar el gasto en Defensa para cubrir las necesidades del contingente español en la misión internacional del sur de Líbano y otra para contribuir directamente a una contienda bélica. Los socialistas consideran que el choque visibilizado con sus socios durante los últimos es “puro electoralismo” y que la relación se encauzará después de los comicios europeos.

“Podemos ha estado muy duro en esto y eso condiciona la posición de Sumar porque les preocupa la división del voto” en el espacio a la izquierda del PSOE, analizan en la dirección del PSOE. Al margen de su rechazo a la ley de proxenetismo, que sí lo ven como una diferencia con trasfondo ideológico, entienden que en la reforma de la ley del suelo y en el envío de armas a Ucrania hay una “sobreactuación” por una cuestión electoralista.

Negociación de Presupuestos

Después de los comicios del 9 junio, PSOE y Sumar tienen previsto sentarse a negociar el proyecto de Presupuestos de 2025 y será entonces cuando se pueda calibrar hasta qué punto las diferencias persisten respecto al gasto en Defensa o si se compensan con cesiones de los socialistas en otras inversiones de carácter más social. De hecho, en las últimas cuentas públicas, aunque se aumentó la partida en Defensa, los desacuerdos entre los socios, entonces Unidas Podemos, se centraron en otras cuestiones.

Lo que tiene claro el Gobierno es que en materia de Defensa tampoco cuenta con el apoyo de otros de sus socios parlamentarios, como ERC y EH Bildu. De ahí que se exploten las fórmulas para evitar el aval del Congreso. El gasto de 1.129 no pasará así por la Cámara alta al evitar vías como un crédito extraordinario para Defensa que sí necesitan ser sometidas a votación. Con todo, se presupone la garantía de un recurso al PP, favorable a los compromisos con la OTAN.