CRISIS EN EL EJECUTVO

El Gobierno, condenado a entenderse para asegurar el lanzamiento de Sumar y repetir la coalición

La eventual salida de Irene Montero del Gobierno pondría a Díaz en una frágil posición, al tener que elegir entre mantenerse en el Ejecutivo o romper

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Yolanda Díaz, este martes en el Congreso.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Yolanda Díaz, este martes en el Congreso. / EP

Marisol Hernández / Ana Cabanillas

El 

duelo sigue en el Gobierno, después de que en las últimas semanas, a raíz de la reforma de la

ley del 'sólo sí es sí

', se hayan infringido un daño mutuo. En público se esfuerzan por defender la vigencia y la continuidad de la coalición. Pero el PSOE continúa dolorido por la cerrazón de 

Irene Montero para aceptar la modificación y por la escalada verbal contra ellos. Y Unidas Podemos porque considera que los socialistas se han negado a negociar para encontrar una solución.

La crisis es grave y el debate se ha situado de nuevo en si es posible proseguir así. Si 

Pedro Sánchez

 debería actuar contra Podemos y propiciar su salida del Ejecutivo o si, después de que los socialistas hayan cambiado unilateralmente la ley, tiene sentido que los morados permanezcan en el Gobierno. Una espuma turbia rodea esta discusión por el temor a decisiones inesperadas del presidente o del socio minoritario. Y no faltan, en uno y otro lado, quienes piden guerra. Pero el calendario electoral lo condiciona todo.

A lo largo de la legislatura se ha sobreentendido que Sánchez no tenía margen para decidir sobre el futuro de los ministros de Unidas Podemos. En el acuerdo de gobierno se pactó, que, según su peso parlamentario, les correspondían 5 Ministerios. Las personas que los ocuparían las decidieron Pablo Iglesias y sus confluencias territoriales. Básicamente es así. Pero eso no impediría al presidente pedir la cabeza de uno de estos ministros y que su socio propusiera otro nombre. Aunque para la supervivencia de la coalición lo ideal sería pactar la salida.

Este boceto ha quedado ahora desfasado porque el PSOE mira hacia delante, a la necesidad de reeditar la coalición y la mayoría parlamentaria que lo sustenta tras las elecciones de diciembre 2023. Para llegar a esa línea de meta necesita que cuaje la plataforma de la vicepresidenta segunda,

Yolanda Díaz

, Sumar, y que en ella esté representado Podemos. Si en algo aún coinciden Sánchez e Iglesias (al menos lo pensaba cuando la ungió) es que Díaz es la mejor candidata posible para reflotar ese espacio a la izquierda del PSOE.

Por eso, para proteger el impulso de Sumar, en Moncloa se ha entendido que no hubiera ruptura de voto en el grupo parlamentario y que Díaz apoyara a Montero. Es verdad que después se le ha echado en cara que no asumiese un mayor papel para buscar un acuerdo. El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, dijo el martes en la SER que debió tener una actitud mas "proactiva". Pero lo que realmente quieren en la cúpula socialista es que llegue a un acuerdo con Podemos y aglutine el mayor número posible de votos. De hecho, no entienden que tarde tanto en alcanzar el pacto y en lanzar su candidatura. Hacerlo cuanto antes, estiman, puede ayudar a las autonómicas.

"Terminar con la foto que se comenzó"

Fuentes del partido confirman estos dos condicionantes -salvar Sumar y una nueva legislatura en coalición- como fundamentales en estos momentos. Y añaden uno más, casi "solemne", reconocen: "Tenemos una responsabilidad histórica". "Este Gobierno tiene que terminar con una foto igual a la que comenzó y con una opción clara a futuro de poder seguir este camino", señalan.

El papel de Yolanda Díaz es determinante en la futura gobernabilidad de la izquierda. Porque de su buen hacer estos meses, de que sea capaz de entenderse con Podemos y, por ende, con Irene Montero. De no producirse un acuerdo electoral, la existencia de dos listas a la izquierda del PSOE y la penalización de esta división por la Ley Electoral dinamitaría cualquier posibilidad de sumar una mayoría progresista

La eventual salida de Irene Montero del Gobierno, que Podemos constantemente se ve obligado a negar, pondría a Díaz en una posición extremadamente difícil, al tener que elegir entre mantenerse en el Ejecutivo o romper. La dirigente ha sido una de las máximas defensoras de la coalición y de evitar los enfrentamientos que pudieran dañarla. Sería también una de las mayores damnificadas en caso de que se consumara el divorcio entre Unidas Podemos y el PSOE.

Díaz, decidida a permanecer en el Gobierno

La vía de la permanencia en el Gobierno sería la opción elegida por la dirigente, según fuentes próximas, puesto que su continuidad en el Ejecutivo estos meses cruciales sería condición para el despliegue exitoso de su proyecto. Desde la Vicepresidencia Segunda sin embargo aseguran que la decisión en ningún caso está tomada y que, llegado ese punto -la eventual marcha de Montero-, dependerá de “las circunstancias” que pudieran rodear la salida.

La dirigente gallega todavía no ha presentado oficialmente su candidatura ni su programa electoral, y tampoco tiene una organización política en la que apoyarse. En estas circunstancias, la Vicepresidencia Segunda es la mayor plataforma que tiene para conservar dos elementos imprescindibles en su lanzamiento electoral: la visibilidad y los recursos.

Su cargo en el Ejecutivo le permite abrir debates que marquen la agenda política y den foco mediático a sus propuestas, un paso imprescindible en la construcción de su perfil y su futuro proyecto. Además, al no tener un partido, cuenta con recursos propios -humanos y económicos- extremadamente limitados, y gran parte del equipo que está impulsando su candidatura trabaja también en el Ministerio de Trabajo. Prescindir de todo lo que brinda el Gobierno dificultaría aún más el lanzamiento una candidatura que, a nueve meses de las generales, ya juega contra un importante elemento: el tiempo.