El apoyo a Pedro Sánchez

La foto con Puigdemont y una reunión de 14 horas con ERC atan la amnistía pero no la investidura

"Ahora el acuerdo es parcial y permite el desbloqueo y la aceleración de las otras carpetas", aseguran desde la dirección de ERC

Pere Aragonès y Pedro Sánchez.

Pere Aragonès y Pedro Sánchez. / Reuters

Quim Bertomeu / Sara González / Fidel Masreal

Catorce horas de reunión en una triangular Madrid-Barcelona-Ginebra este martes entre el PSOE y ERC y una llamada de 15 minutos entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès sirvió para cerrar el acuerdo para la ley de amnistía, de la misma manera que la foto del número 3 de los socialistas, Santos Cerdán, con Carles Puigdemont el lunes en Bruselas encarrilaba también un pacto con Junts cuyo anuncio se augura para esta semana si nada se tuerce. Pero los socialistas saben que ni siquiera cerrando esta espinosa carpeta por la que la derecha intenta agitar la calle tienen asegurada la investidura. Faltan por resolver, y así se recuerda desde el flanco independentista, otras cuestiones complejas y de calado político: desde el mediador que reclama Junts al traspaso de Rodalies y la mejora de la financiación que exigen los republicanos.

"Ahora el acuerdo es parcial y permite el desbloqueo y la aceleración de las otras carpetas", aseguran desde la dirección de ERC, donde ven la investidura bien encarrilada tras haber alcanzado un pacto sobre la amnistía que incluye la causa del Tsunami Democràtic y la de los CDR. A la espera de ver cómo queda concretado en el texto, el punto de encuentro está en delimitar que pueden entrar en la amnistía las causas con acusación de terrorismo vinculadas al impulso del derecho de autodeterminación donde no haya delitos de sangre. La ley, explican fuentes de la negociación, incluirá a todos los que están afectados por causas penales, civiles, contables y administrativas relacionadas con el 'procés'. Quedaría, por tanto, fuera el caso de la presidenta de Junts, Laura Borràs, condenada por prevaricación y falsedad documental por unos hechos -fraccionar contratos- ajenos al objetivo de los independentistas.

Pero a pesar de que para los republicanos se ha subido ya un importante peldaño con la amnistía, el pacto final, subrayan, debe tener tres cuestiones más: la reactivación de la mesa de diálogo, el compromiso para el traspaso de Rodalies y una mejora de la financiación de la Generalitat. Sobre la mesa de diálogo no hay dudas de que prosperará con algún cambio respecto al formato actual, pero persiste la incógnita sobre la carpeta de los trenes y la del dinero. Los republicanos aprecian un cambio de actitud en el ministerio de Hacienda, a quien hace bien poco acusaban de bloquear los avances, pero aún no se ha cerrado nada.

A la espera de Junts

Cuando esto se haga, los republicanos aún les quedará una última fase: organizar una consulta interna para que los militantes validen el acuerdo, de la misma manera que Junts hará lo propio también con sus brs. No se convocará sin tener todo el pacto global sellado y en estos momentos, pese a que aseguran que si el PSOE sigue "con las pilas puestas" y se podría cerrar en 48 horas, en la calle Calàbria ven "precipitado" que pueda ser el próximo fin de semana teniendo en cuenta que primero deben rubricar la entente los órganos de dirección.

En Junts confirman que faltan "solo pequeños detalles" por cerrar y admiten que podrían resolverse pronto. La comisión permanente del partido se reunirá este jueves y, si valida la entente, se convocará al consejo nacional y se activará la consulta. Lo que falta de la ley de amnistía, aseguran, es "garantizar que nadie se queda fuera". Lo que sí niegan los posconvergentes es que su acuerdo dejara fuera a la causa del Tsunami y de los CDR, además de acusar a los republicanos de ir "a rebufo" de su negociación, motivo por el que consideran que precipitaron el anuncio de su pacto este martes en plena celebración de la castañada.

Después de que los republicanos se hayan colgado primero la medalla comunicativa de anunciar el pacto por la amnistía, se espera que próximamente también Junts pueda exhibir un logro. La competencia entre ambos partidos independentistas, que no se han coordinado ni para negociar la exoneración de las causas del 'procés', obliga a socialistas a buscar un equilibrio en las coreografías con unos y otros.

14 horas de reunión Madrid-Barcelona-Ginebra

El acuerdo entre el PSOE y ERC se cerró este martes por la noche tras una jornada maratoniana de reuniones. La casualidad hizo que fuera el mismo día que hace cuatro años empezó la campaña de las generales del noviembre de 2019. Una campaña que Sánchez arrancó prometiendo mano dura contra el independentismo mientras que ERC lo hizo arremetiendo contra el candidato socialista por no tener "principios". Las cosas han cambiado mucho. Según fuentes conocedoras de los contactos de este martes entre socialistas y republicanos, el acuerdo por la amnistía se fraguó en una triangulación entre Madrid, Barcelona y Ginebra.

La única reunión física en la capital del Estado fue la del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, con el presidente de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové, que a su vez estaba en contacto telemático con la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, residente en Ginebra, y Marta Vilaret, miembro de la dirección del partido. La clave de las conversaciones era que el Tsunami Democràtic y los CDR entraran también en la amnistía. Finalmente, el acuerdo se da por cerrado cuando hablan Sánchez y Aragonès en una conversación telefónica de unos 15 minutos. Luego, enviaron el comunicado conjunto, un paso tan imprescindible como aún incompleto para que haya fumata blanca.

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