DURANTE LA OVACIÓN AL COLOMBIANO
Feijóo incomoda al PP al respaldar a Petro junto al Gobierno para distanciarse de Vox
Diputados y senadores consideran que los aplausos en pie fueron "excesivos" mientras la bancada de Abascal salía en rechazo al presidente colombiano. Antes de la sesión hubo una reunión a puerta cerrada en la que Feijóo no trasladó ninguna postura ni consultó a los grupos
Paloma Esteban
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo
, se puso en pie en dos ocasiones y aplaudió al presidente de Colombia, Gustavo Petro,
durante su visita al Congreso de los Diputados
este miércoles. Las mismas dos veces que lo hicieron las bancadas del Gobierno y sus socios habituales, dando respaldo al que es el primer presidente de izquierdas de ese país. En la primera, los diputados de Vox abandonaban el hemiciclo tras la orden de Santiago Abascal.
Ya habían advertido días atrás que no se quedarían a escuchar al mandatario, e incluso enviaron una carta abierta a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, denunciando que
Petro
supone “un peligro” para España y Europa. La segunda fue una vez que Petro terminó su discurso.
La reacción del Ejecutivo —los primeros fueron Irene Montero y Alberto Garzón— fue darle una ovación al presidente colombiano que se contagió al resto del hemiciclo. También al
PP
. Diputados y senadores conservadores (la sesión era conjunta de las dos Cámaras) se sorprendieron al ver la postura que adoptó su líder, al que copiaron levantándose de su escaño. Algunos aplaudieron con desgana y, otros, no llegaron a hacerlo. Entendían que el aplauso respondía en un doble sentido: dar apoyo a Petro y lanzar un frente ‘anti
Vox
’ por su plantón.
Según distintos asistentes, en los grupos parlamentarios del PP, incomodó haber contribuido a esa aclamación. Dirigentes populares consideran que el respeto institucional estaba claro quedándose en el hemiciclo y marcando esa diferencia con Vox. Entienden que “no hacía falta” aplaudir en los dos momentos, ni tampoco ponerse en pie. Petro, que ha dado un reciente giro a la izquierda en su política y en la remodelación de su Gobierno, volvió a cargar contra el “yugo español” durante el Primero de Mayo en Bogotá al referirse a la conquista de América. Hace apenas tres días.
Como candidato a las elecciones que ganó en junio de 2022 tuvo un discurso muy duro en ese sentido. El verano pasado, de hecho, hubo una fuerte polémica durante su toma de posesión, a la que asistió Felipe VI. El Rey no se levantó durante la exhibición de la espada de Simón Bolívar (no es un símbolo de Estado ni formaba parte del protocolo trasladado a Zarzuela). Podemos atacó al jefe del Estado por ese gesto.
Reunión a puerta cerrada previa
Los parlamentarios del PP asumen que su partido “tiene que diferenciarse” de Vox en el plano institucional y es algo que Feijóo ha trasladado en todos los encuentros con ellos. A su llegada a Madrid pidió dignificar el parlamentarismo y recuperar el respeto en las Cámaras. Pero hay dirigentes conservadores que entienden “excesivo” el gesto con el colombiano. Además, los dos grupos parlamentarios fueron citados conjuntamente en el Congreso poco antes de que comenzara la sesión, prevista para el mediodía, pero no hubo una sola referencia al asunto.
La convocatoria se envió la semana pasada. Diputados y senadores consideran que “estaba medida” para forzar la asistencia de todos ellos al pleno convocado en honor al colombiano, dentro de su visita de Estado en España. Algunos no pensaban acudir. Al final, el PP estuvo prácticamente al completo (con más presencia que otros partidos, incluido el PSOE) y algunas ausencias sonadas, justificadas por motivos de agenda fuera de Madrid, como la de Cayetana Álvarez de Toledo.
La reunión, a puerta cerrada, transcurrió con cierta rapidez. Feijóo se dirigió a sus filas en clave electoral. No hubo una sola mención al acto del presidente colombiano, más allá de que terminaba su intervención para que pudieran acudir al pleno.
Hay parlamentarios que consideran que habría sido útil que el líder popular hubiera hecho referencia a la posición que tendría su grupo. Sobre todo, si su decisión iba a ser la de ponerse en pie y aplaudir. El desconocimiento se hizo evidente porque ninguno de los presentes comenzó con aplausos ni se le ocurrió levantarse de su escaño hasta ver que lo hacía Feijóo. La cascada entonces sí se produjo. En la primera vez y, en la segunda, con menor fuerza. Distintos cargos consultados por este diario no esconden su “incomodidad” ante la escena. “Si esto hubiera ocurrido con el anterior líder, habría dado mucho que hablar. Y sí habría generado debate”, zanjan.
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