Consejo nacional de Esquerra

ERC cambia la dirección de comunicación del partido para afrontar las elecciones catalanas

Oriol Duran deja el ejecutivo para emplearse a fondo en el partido como nuevo vicesecretario general de comunicación y estrategia, una plaza que desde el otoño de 2022 ocupaba Marc Colomer

Pere Aragonès, Oriol Junqueras y Marta Vilalta en la sede de ERC.

Pere Aragonès, Oriol Junqueras y Marta Vilalta en la sede de ERC. / ENRIC FONTCOBERTA / EFE

Carlota Camps / Sara González

El aval que recibirá este sábado Pere Aragonèspara repetir como candidato de ERC a las elecciones catalanas, movimiento avanzado por El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica, no será el único movimiento que bendecirá el consejo nacional del partido, sino que también se producirán cambios en el timón del equipo de comunicación de los republicanos. Una decisión que responde al rol pactado entre el president de la Generalitat y Oriol Junqueras como presidente de ERC para hacer frente a las próximas elecciones.

El principal cambio pasa por que el secretario de Mitjans de Comunicació i Difusió del Govern, Oriol Duran, deje el ejecutivo para emplearse a fondo en el partido como nuevo vicesecretario general de comunicación y estrategia, una plaza que desde el otoño de 2022 ocupaba Marc Colomer, exdirector de l'Agència Catalana de Notícies (ACN). Justo en el eslabón después en la cadena de mando, como secretario de comunicación de la formación, estará Cristian Agudo, hasta ahora asesor en la Diputación de Barcelona. El otro gran cambio que se oficializará este sábado es el nombramiento del exconseller Raül Romeva como presidente de la Fundación Irla, el think tank de los republicanos, en sustitución de Joan Manuel Tresserras.

Que impere la 'pax romana'

Que impere la 'pax romana'. Impedir que un galimatías interno que evoque a épocas convulsas de años atrás vuelva a empañar sus siglas a las puertas de unas elecciones en las que se juega, ni más ni menos, que retener la presidencia de la Generalitat. Este es lo que busca atajar ERC con el Consell Nacional, un aval que servirá para que quede claro y meridiano que Junqueras no optará a ser el cabeza de lista en los próximos comicios pase lo que pase con la ley de amnistía y que pondrá orden a la interna para que el president pueda apretar el botón electoral cuando le convenga sin sufrir por el flanco orgánico. 

En la recta final del mandato, los republicanos han llegado a la conclusión de que no se pueden permitir un desgaste mayor al que ya implica gobernar en minoría en la Generalitat. Que era una necesidad disipar cualquier atisbo de duda y especulación sobre el liderazgo del president para reforzar al Govern. El runrún sobre si Junqueras podía desbancar a Aragonès no contribuía a ello. Es por este motivo que en los últimos días el equipo de Palau y el del partido han confeccionado cómo será la convivencia y qué rol asumirán el presidente del partido y el de la Generalitat, que ya había dejado caer en las últimas semanas que su propósito era volver a ser el cabeza de lista.

Un primer trimestre de alto voltaje

Que la apuesta por Aragonès se verbalice hoy, jornada que estará marcada también por las negociaciones con el PSC para el gobierno de Barcelona, no quita que deba afrontar un proceso de primarias para ratificarse más adelante en el cargo, aunque el beneplácito de Junqueras es suficiente como para que no deba temer por tener un rival capaz de hacerle sombra. Con esto atado, el president se despeja el camino para escoger la fecha de las elecciones y trabajar para tratar de consolidar la acción de su Govern en un contexto repleto de zarzales ante la gestión de la crisis de la sequía, las medidas urgentes para revertir la hecatombe de los resultados en el informe PISA o el malestar, especialmente de las enfermeras, en el ámbito sanitario.