Guardia Civil

La Academia de la Guardia Civil de Baeza instala nuevas medidas tras la supuesta grabación en los vestuarios femeninos

Tras la polémica de los vídeos supuestamente grabados, la Guardia Civil Baeza ha reforzado las precauciones

Las dos víctimas denunciaron los hechos hace pocos días

Imagen de archivo de la academia de la Guardia Civil de Baeza

Imagen de archivo de la academia de la Guardia Civil de Baeza / / EUROPA PRESS

Carlos Doncel

La academia de la Guardia Civil ha decidido instalar unas nuevas ventanas con cierre de aluminio para impedir que se puedan abrir desde el exterior. Cabe recordar que esta medida llega tras la presunta grabación a dos alumnas mientras se encontraban en los baños. Estas ventanas se irán colocando de forma paulatina en los módulos de toda la academia.

Las víctimas han interpuesto una denuncia ante las autoridades hace solo unos días. En su declaración, las jóvenes solo pudieron aportar el modelo del móvil que vieron mientras les grababan. Según fuentes consultadas, las víctimas no pudieron aportar datos sobre su apariencia física.

Los más de 2.500 alumnos de la promoción 129 de la Academia visten el uniforme de la Guardia Civil, por lo que resulta muy díficil reconocer la identidad del sospechoso. La investigación que se inició dentro de la Academia -y aún sigue en curso- se ha centrado en identificar al culpable de los hechos, aunque de momento no se han obtenido resultados.

El presunto autor salió corriendo

Los hechos ocurrieron en la tarde del 29 de abril. Según pudo conocer este periódico, un alumno de la Academia de Baeza grabó supuestamente a dos alumnas en los baños mientras se duchaba. Una chica empezó a gritar porque vio a un alumno grabando con el móvil desde una ventana. Al parecer, el joven salió corriendo y aún se desconoce su identidad por el momento.

Las duchas femeninas de ese módulo están en los sótanos y las ventanas dan a la calle, por lo que el individuo supuestamente realizó las grabaciones desde fuera. En ese instante, otro alumno se percató de la situación y también le recriminó su actitud pero no pudo alcanzarlo. A partir de ese día, comenzó una investigación interna sobre el alumno que aún sigue en curso.

Cabe resaltar que los vídeos no han salido a la luz ni han circulado entre los alumnos. En el caso de ser ciertos los hechos, el autor de las grabacionespodría incurrir en un delito contra la intimidad, recogido en el artículo 197.1 del Código Penal. La pena de prisión para este delito oscila entre uno y cuatro años y una multa de doce a veinticuatro meses.