Anna Tarrés: "Ahora veo las cosas desde fuera"

"Me alegro muchísimo por los éxitos que está teniendo ahora España", admite

"Mi vida ahora es un poco desordenada; estoy a caballo entre Israel y China" dice la ex seleccionadora nacional de sincronizada

Tarrés, en una imagen de archivo, dirigiendo un entrenamiento

Tarrés, en una imagen de archivo, dirigiendo un entrenamiento / JAVI FERRÁNDIZ.

EFE

En este Mundial viste la camiseta china, la de Israel y la Grecia, la catalana Anna Tarrés (Barcelona, 1967) es una institución en el mundo de la natación artística y ejerce de entrenadora de diferentes selecciones, aunque admite que ahora no tiene una implicación.

¿Se ha equivocado muchas veces o se han equivocado muchas veces con usted?

Pienso que en general, en la vida, los que hacemos muchas cosas nos equivocamos muchas veces, pero lo hábil y lo inteligente es reconocerlo, superarlo e intentar no cometer los mismos errores.

¿Qué es la sincro para usted?

Mi 'modus' de entender la vida, es mi pasión, es mi 'hobbie', es mi trabajo, es mi día a día, es mi objetivo, es una manera de realizarme como persona... Creo que llevo más horas en una piscina que en mi casa, por lo tanto es una manera de vivir.

Sus métodos son de otra época, pero sigue ganando...

En cualquier caso, lo que me ha dado tantos años de experiencia es un aprendizaje en cómo se ha de sacar la mejor versión de cada una de las nadadoras con las que estoy trabajando y sobre todo con los equipos que estoy trabajando. No soy seleccionadora de ninguno de estos equipos, soy la estratega, la que toma las decisiones importantes del equipo de Israel, pero en estos momentos estoy de asesora y de mano derecha de la seleccionadora china, con la que trabajo codo a codo. Veo las cosas desde fuera, sin tener una afinidad emocional, entonces es cuando puedes ser más objetiva. Para mí todas las deportistas son iguales y para mi ésta es una parte del éxito, porque veo la fotografía con mucha más objetividad.

Las formas siempre son importantes...

Y el fondo, más.

¿Piensa con la perspectiva del tiempo que las cosas se podían haber hecho de otra manera?

Pienso que las cosas se hacen como te las encuentras y por mi parte siempre he hecho lo que creía que en ese momento era lo mejor, por lo tanto vamos a dejar que las cosas fluyan. Las situaciones son las que son en el momento en el una se las encuentra y por supuesto, no quejarse y aprender, si es que hay que aprender.

¿Mira hacia atrás y qué recuerda de aquellos días?

Un gran honor de haber podido hacer esta gran proeza de llevar un deporte tan fantástico, que lo vivimos desde dentro, de la nada hacia arriba. Recuerdos magníficos, una gran oportunidad vital para poder realizar cosas increíbles.

¿Le gustaría cerrar aquella herida? Porque al final el tiempo lo cura todo...

Hace mucho que la tengo muy cerrada. Además me alegro muchísimo por los éxitos que está teniendo ahora España. Pienso que los éxitos son los éxitos de todos. Además se lo decía ayer a Mayu (Fujiki), felicidades por la gran medalla que ha sacado, con coreografías distintas, con músicas muy distintas. Me dijo que sabía que me gustaría la música. Pues bueno, han cogido quizás ese estilo que tuvimos en su momento, con músicas diferentes que se salgan un poco de la línea de lo que se está escuchando ahora tan pumba, pumba. Su éxito es el éxito de todos.

¿Cómo es su vida ahora?

Un poco desordenada. Estoy a caballo entre Israel y China. Este año no he ido a Israel, ellas han venido a Barcelona y hemos hecho algún 'stage' en Barcelona y en Andorra. A China voy yo, unos diez días cada dos meses. Antes de las competiciones sí que hago una tirada larga, hay mucho contacto 'online'. Paralelamente la solista griega me pidió que la asesorara, empezamos en septiembre, con un 'stage' en Tossa de Mar.

El equipo chino tenía el 'inside' técnico, pero usted le has dado más conocimiento artístico ¿no?

Les he dado calor (sonríe). Culturalmente son unas personas que son muy distantes, que les cuesta mostrar sus emociones y creo que les he hecho ver es que la vida va de ser auténtico, de expresar, sobre todo en estos momentos, a nivel de este deporte que implica que hay una parte artística importante y a parte de movimiento del tronco superior, pues hay que desarrollarla y utilizarla. Hemos trabajado mucho en cómo moverse en el agua, cómo hacer vibrar al público, nadar para los jueces, no para ellas mismas, y en algo que ya desarrollamos con el equipo español que es intentar llegar a esa perfección que haga que la rutina sea mágica.

Las ha transformado en el agua, pero también fuera de ella... ¿Cómo son las nadadoras chinas?

No deja de ser un equipo (que en la actualidad es campeón del Mundo) como el resto, pero viven en un régimen mucho más estricto, más disciplinario. Es igual que en otros países, simplemente entrenan muchas horas y hay una disciplina rígida.

¿Qué es lo más importante para llevar un equipo? ¿la gestión del grupo o la capacidad técnica?

Las dos cosas. Al final lo que es importante es ser capaz de detectar el talento, detectar las deficiencias. El talento, elevarlo al mil, y lo que les cuesta, trabajarlo.

¿Cómo ve la evolución de la sincro española en los últimos años, después de un periodo difícil, y que hayan remontado hasta el oro de Fukuoka y la plata aquí por equipos?

Muy orgullosa. Tengo tres nadadoras en el equipo (Tarrés es entrenadora del Kallípolis) y además Dennis (González) -plata en el solo libre-, gente que sale del CN Kallipolis. Un gran honor que puedan estar viviendo estas experiencia y además apunta a una posible medalla en los Juegos Olímpicos.

Y detrás está el trabajo de Mayuko Fujiki, la seleccionadora española, a quien usted conoce muy bien y a la que ha visto evolucionar en este tiempo...

Es la evolución real de entrenadoras, que son ambiciosas y quieren lo mejor para sus equipos. Ver, observar, marcar objetivos y buscar cómo llegar a ellos.

¿Nunca se ve volviendo al equipo español?

De momento, no. Ya me hago mayor (sonríe). En estos momentos mi vida está encaminada a trabajar con Kallipolis y a realizar estos asesoramientos internacionales y de momento muy tranquila.

Le quiero preguntar sobre el movimiento #seacabó y lo que supuso sobre el empoderamiento del deporte femenino iniciado por parte de la selección española de fútbol... ¿Cómo lo vivió?

Es una realidad que nos encontramos las mujeres, no solo en el deporte. Creo que el deporte lo que ha hecho es visibilizarlo. Lo que realmente tiene que haber es una apuesta importante a nivel social y para que esto realmente se lleve a cabo como cambio trascendente y transversal en el mundo en el que vivimos. A través del deporte se puede visibilizar mucho más, pero creo que hay que ser muy conscientes de que hay una clase social mucho más baja, donde todos estos problemas son mucho más grandes, obvios, y por lo tanto es importante que como sociedad analicemos un poco hacia donde queremos ir y que seamos todos responsables en este cambio.

¿En alguno momento el deporte femenino se va a equiparar al masculino?

Ese sería el objetivo, pero no sé si queremos ser lo mismo. Simplemente cada uno tiene que buscar donde podemos llevar al máximo. Está claro que no podemos comparar deportes de fuerza, masculino o femenino, y que no podemos comparar deportes estéticos masculinos con femeninos. Por ejemplo, en la sincro, el masculino hace poco tiempo que ha nacido, para que llegue al nivel del femenino necesita cierto tiempo, con el tiempo se conseguirá. Lo que tenemos que hacer es un cambio de paradigma a nivel social.

¿Cree que hay muchos 'rubiales' en el deporte internacional?

Creo que hay muchos 'rubiales' en la vida.

¿Cuáles son sus planes de futuro?

Regreso a casa tras el Mundial, me meto en campeonatos de España con el Kallípolis y seguiremos trabajando con China con la idea de ganar la medalla de oro en los Juegos.

¿Se imagina un podio olímpico en el que esté España?

Ojalá. Creo que entre China, España y Japón estará la batalla