Gignac - Luiz Adriano, el duelo del gol que vale una final del 'Mundialito'

Luiz Adriano y André-Pierre Gignac son dos 9, pero que juegan con la 10, muy curtidos y de eficacia comprobada. Se echarán un pulso muy particular en el Palmeiras- Tigres, que definirá este domingo (a 19.00 CET) el primer finalista del Mundial de Clubes 2020, en Catar. De su rendimiento dependerá, en buena medida, la suerte de sus respectivos equipos.

Quien tiene una mayor incidencia en el juego es sin duda es el francés Gignac, de 35 años, que participa en el 40% de los goles del Tigres. Por méritos propios se ha ganado ser uno de los futbolistas más determinantes de la historia de los Felinos. Aterrizó en el club de Monterrey en julio de 2015, procedente del Olympique Marsella y, hoy, ya es un ídolo eterno para su hinchada.

Desde 2015 ha marcado 146 goles en 245 partidos, se ha convertido en el máximo realizador de la historia de la entidad y en el extranjero que más goles marcó en México. Ha conquistado ocho títulos con el Tigres y, en el último de ellos, la Liga de Campeones de la Concacaf firmó el gol que dio la victoria ante Los Angeles FC en el minuto 84 (2-1=. Fue el artillero y mejor jugador de la competición, donde selló su pasaporte hacia el Mundial de Clubes.

En Catar ya demostró a lo que vino, marcando los dos goles en los cuartos de final contra el campeón asiático, el coreano Ulsan Hyundai (2-1). Está en un momento de forma espectacular.

"Sabemos lo que lo que representa el Palmeiras, es el campeón de la Libertadores, y conocemos lo que significa jugar contra los brasileños, pero vamos a enfrentarlos igual que hicimos con el Ulsan, con respeto, ni más ni menos", afirma el delantero, que quiere plantear un partido de tu a tu.

Por su parte, Luiz Adriano, con 33 años, busca su segundo cetro mundial. Formaba parte del Internacional, que en 2006, derrotó al Barcelona, de Ronaldinho Gaucho, Deco y Eto'o, (1-0, gol de Gabiru) en la final, en Yokohama.

Después estuvo 14 temporada en Europa, entre el Shakhtar Donetsk, donde ganó la UEFA en 2009, el Milan y el Spartak Moscú, volvió en 2019 a su país para incorporarse al ambicioso proyecto deportivo del Palmeiras. Esta temporada ya lleva 20 goles, cinco de los cuales en la Libertadores, su primer título con el Verdao.

"Nuestra mentalidad en el Mundial es ir partido a partido, este es el camino para tener tranquilidad, porque si pensamos en una hipotética final entraremos contra el Tigres nerviosos y nos descentraremos", asegura el artillero gaucho, uno de los futbolistas de peso en el equipo que dirige el portugués Abel Ferreira.