Los Hernangómez lideran el reto Mundial

Para los amantes del baloncesto, la recta final del verano es sinónimo de selecciones. Europeos, Mundiales, o Juegos Olímpicos, cualquier cita es buena para plantarse ante el televisor y disfrutar de los éxitos que año tras año nos ha regalado 'La Familia'.

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Muchos hemos crecido con los hermanos Gasol, con Juan Carlos Navarro, Rudy y compañía colgándose un metal antes de arrancar la temporada con sus clubes. También se hicieron mayores viendo las victorias de la selección Juancho y Willy Hernangómez, que han pasado de ver a protagonizar esas imágenes.

El rendimiento ofrecido durante más de 15 años tanto por Pau como por Marc es, sencillamente, inigualable. El dominio ante cualquier selección, a excepción de Estados Unidos en las finales olímpicas, ya forma parte de los libros de historia de baloncesto. Pero si es imposible no recordar el pasado con una sonrisa y con mucho orgullo, el presente y futuro son prometedores de la mano de los hermanos Hernangómez, llamados a ser los líderes del combinado de Sergio Scariolo en esta Copa del Mundo.

Willy, el mayor (1994), cuenta en su vitrina con el Mundial de China 2019 y con el Eurobasket logrado el pasado verano, en el que fue el 'MVP'. Además, ya sabe lo que es ser olímpico tras haber disputado los Juegos de Río y Tokio. Inició su andadura en Las Rozas hasta que siendo cadete, el Real Madrid llamó a su puerta para incorporarle. Tras quemar etapas a gran ritmo, en la temporada 2012-2013, Pablo Laso le hizo debutar tanto en Euroliga como en Liga Endesa. Los dos siguientes cursos salió cedido al Cajasol, y tras otra temporada en el conjunto blanco, dio el salto a la NBA rumbo a los New York Knicks, tras ser drafteado en 2015 en la posición 35ª inicialmente por los Philadelphia 76ers.

En la mejor liga de baloncesto del planeta, en la que ha jugado siete temporadas a caballo de Knicks, Hornets y Pelicans, Willy no ha podido demostrar todo su potencial a diferencia de lo que ocurre con la selección. Este verano, cansado de la situación, ha decidido hacer las maletas para volver a España, pero no al Real Madrid, sino a un Barça que se 'aprovechó' del desinterés blanco para hacerse con un jugador llamado a marcar diferencias en Europa.

Por su parte, Juancho (1995) también ha seguido el rumbo de su hermano este verano para recalar en las filas del Panathinaikos, tras ser cortado el pasado febrero por los Toronto Raptors. Al ala-pívot también le reclutó el Madrid en edad cadete procedente de las Rozas, pero tras un año en el club blanco, salió rumbo al Majadahonda. Allí jugó dos temporadas y tras su primer año junior llamó la atención de Estudiantes. En el curso 13/14 disputó tres partidos ACB con los colegiales, y en 2016, tras ser la 15ª elección del draft por los Nuggets, Juancho puso rumbo a Denver. Mismas temporadas que su hermano Willy en la NBA pero con algún equipo más (Nuggets, Timberwolves, Celtics, Spurs, Jazz y Raptors). Veremos si las puertas de la liga se le vuelven a abrir dentro de dos años, cuando termina su vinculación en Grecia.

Los Hernangómez convivirán en este Mundial con Sergio Llull, Rudy Fernández y Víctor Claver, que todavía cuentan con mayor experiencia internacional. Pero el peso de la aportación ofensiva, y las opciones de España en esta Copa del Mundo estarán en manos de Juancho y Willy, cuyo rol, como el resto de sus jugadores, está claramente marcado. Además, su rendimiento inmediato estará acompañado también por los jóvenes Santi Aldama, Juan Núñez y Joel Parra, los 'elegidos' para los próximos campeonatos. Un paralelismo a como fueron sus primeros años en 'La Familia'.

De esperanza hay mucha, en los Hernangómez, de cara a este Mundial. Pero los precedentes también invitan al optimismo. Al magnífico europeo llevado a cabo el pasado verano por Willy, que viste en su camiseta el apellido materno Geuer, en la gran final se sumó una exhibición ofensiva desde el triple de Juancho, que hizo temblar hasta la mismísima Torre Eiffel y desnudó por completo a Francia. Todo indica a que se podrían volver a encontrar con ellos en la segunda fase, así que no se puede añadir otra cosa que no sea '¡Qué siga la fiesta!'.