Stoner, adiós al Mundial

Se confirmaron los peores augurios y Casey Stoner se ha despedido anticipadamente de sus opciones al título. Al australiano, que en Le Mans anunció su retirada, le quedaban siete carreras para lucirse e intentar revalidar su corona de MotoGP pero ayer regresó a Australia para pasar por el quirófano. Se perderá el GP de la República Checa este fin de semana y es más que probable que también Misano y Aragón. Con suerte espera reaparecer en Japón, dejando a Lorenzo y Pedrosa, separados por 18 puntos, como los únicos candidatos a la corona.

La lesión en su tobillo derecho, un desgarro de ligamentos con fractura de astrágalo, no le impidió correr (y casi subir al podio) en Indianápolis el domingo. Pero la aparatosa caída en la calificación de la prueba estadonidense ha acabado teniendo consecuencias. El propio Stoner colgó el martes varias fotos de su tobillo en twitter. "Esto no tiene buena pinta", apuntaba el australiano, que aún así decidió desplazarse hasta Brno para apurar sus posibilidades de subirse a la moto el viernes.

Tras consultar con su equipo médico de confianza en Australia, que revisó el TAC y la resonancia magnética enviadas desde Indianápolis, Stoner decidió volver ayer mismo a su país para someterse a una intervención, tal como contó en Brno: "Es decepcionante, porque en Indy tuvimos una buena oportunidad de coger un buen puñado de puntos, pero ahora nuestro campeonato se ha acabado" reconoció. Eso sí, dejó claro que su baja no va a suponer un adiós prematuro a la competición: "Mi plan es regresar, con suerte, una o dos carreras antes de Phillip Island, pero hasta que no me opere no lo sabré", dijo Stoner, que añadió: "Tengo un trabajo que hacer y una carrera deportiva que terminar. Acabarla así sería un desastre, así que volveré lo antes que pueda". Actualmente el campeón marcha tercero en el Mundial con 186 puntos, a 39 del líder Lorenzo, distancia que podría elevarse a 64 puntos en caso de una hipotética victoria del mallorquín este domingo.