Se cumplen 16 años

El día que Crivillé desafió a Doohan

Nuestros pilotos dominan con autoridad en la clase reina, pero no hace muchos años la gesta parecía una quimera. Crivillé cambió la historia

Laura López Albiac

Hoy hace 16 años el motociclismo vivió una jornada histórica. Por primera vez un piloto español se convirtió en líder de la máxima cilindrada, que en aquellos tiempos eran los 500 cc. El protagonista fue Àlex Crivillé. Y el escenario, el circuito francés de Paul Ricard.

Era la quinta cita de la temporada 1998 y Mick Doohan dominaba el campeonato, aunque con Crivillé pisándole los talones después de que el australiano iniciase el Mundial con un cero en Japón. Alex sabía que en Francia tenía una oportunidad de oro para tomar el mando de la clasificación. Sus opciones pasaban por ganar y Crivillé no perdonó. Y eso que ni Doohan ni Carlos Checa se lo pusieron fácil. En una carrera magistral, el de Seva se impuso por 2 décimas al australiano y por 4 a Checa, que perdió la segunda posición en una última vuelta de infarto.

Crivillé salió muy reforzado de Francia, sumando su segundo triunfo de la temporada y poniéndose al frente del campeonato con 92 puntos por los 90 de Doohan y los 88 de Max Biaggi. Aquel año, Alex no terminó proclamándose campeón. Tendría que esperar al siguiente para sacarse la espina con Doohan y alzarse con el primer título español en la clase reina. Pero su gesta en Francia significó un paso adelante importantísimo para un piloto acostumbrado a romper barreras. Crivillé fue el primer español en subir al podio de 500 (Malasia'92), el primero en ganar un GP de la cilindrada (Assen'92) y también el primero en ser subcampeón del mundo (1996).

Cuando Jorge Lorenzo conquistó el primero de sus dos títulos de MotoGP, al primer referente que citó fue a Alex Crivillé. Y es que si la figura de Sito Pons abrió las puertas del éxito al motociclismo español en la categoría intermedia, la de 'Crivi' nos recuerda que hasta no hace tanto tiempo ver a un piloto de casa peleando por ganar en 500 era una quimera. El 'noi' de Seva, convertido en narrador de lujo de las carreras en televisión, sabe que algo de él sigue latente en cada uno de los éxitos de los Márquez, Pedrosa y Lorenzo. Su recompensa es comprobar que allanó el camino a nuevas generaciones que hoy triunfan al más alto nivel.