Verstappen se reivindica con todos los honores

Verstappen se reivindicó el pasado domingo en Austria. El holandés obtuvo en el Red Bull Ring, circuito que es propiedad de Dietrich Mateschitz, la primera victoria de la temporada, la tercera de su equipo después de las de Daniel Ricciardo en China y Mónaco. Este triunfo de Verstappen, el cuarto de su trayectoria en la Fórmula 1, le devuelve al primer plano de la actualidad. Con todos los honores.

El holandés, del que nadie pone en duda su talento, un talento ciertamente extraordinario, acumula aciertos y fracasos, elogios y feroces críticas, hasta el punto que después del GP de Mónaco se ponía en duda su continuidad en la F1. El exceso de agresividad y los numerosos incidentes requerían el replanteamiento de un piloto nacido para ser estrella y que llevaba camino de quedarse en un mero proyecto.

Mónaco fue un punto de inflexión. Su temporada era para echarse a temblar. Llevaba nueve incidentes en seis grandes premios. En Australia salía cuarto y terminó sexto después de un trompo innecesario. Peor fueron las cosas en Bahrein. Un golpe en la crono le hizo salir decimoquinto y en carrera se tocó con Hamilton y abandonó. En China tuvo un toque con Hamilton otra vez al intentar pasarle y después contra Vettel, arruinando la carrera del alemán y acabando quinto una carrera que pudo ganar. Los problemas siguieron en Bakú. Un toque contra el muro en el FP1 y después el accidente con Ricciardo que provocó el abandono de ambos Red Bull. En Barcelona se tocó con Sirotkin, pero logró el primer podio del año, mientras que en Mónaco perdió toda opción al destrozar el coche en el tercer libre.

La transformación

Desde entonces ha cambiado. Es otro. Parece como si haya madurado de golpe. Después del desastre del Principado, Max ha entrado en modo “mundial” y en las tres últimas carreras es el piloto que ha conseguido mayor número de puntos: 53 para él, 50 para Vettel y 35 para Hamilton. Las cosas en F1 cambian muy rápidamente. Hace apenas cuatro semanas era un piloto nada fiable y sin madurez para luchar por un campeonato, hoy, por el contrario, está a solo 3 puntos detrás de Ricciardo y ha conseguido tres podios de una tacada.

No hay que esconder que el éxito de Verstappen en Austria fue facilitado, obviamente, por el harakiri de Mercedes, pero tampoco hay que quitarle ni un mérito porque supo mantener a los Ferrari detrás toda la carrera gracias a que no cometió ni el más mínimo fallo, que supo cuidar los neumáticos como nadie y que en la vuelta 7 protagonizó un espectacular adelantamiento a Raikkonen, una maniobra que le valió la carrera.