Hamilton sobrevive al caos de Mugello

Mugello vivió una de las carreras más accidentadas de los últimos tiempos con un final esperado. Lewis Hamilton alcanzó las 90 victorias en la Fórmula 1 y pone el punto de mira en el récord de Michael Schumacher (91). Solo 12 coches cruzaron la línea de meta, dos banderas rojas, tres salidas en parrilla, la enésima carrera en la que Bottas desperdicia el triunfo y el primer podio de Albon en la Fórmula 1. Un menú variado en la carnicería del Gran Premio de la Toscana.

El inicio de carrera fue uno de los más catastróficos que se han vivido en la historia de la Fórmula 1. Tuvo de todo y correr con normalidad solo corrieron tres curvas. Pasaron cosas difícilmente explicables y que por fortuna de todos no dañaron físicamente a nadie. Todo empezó con un problema de potencia de Verstappen que pasó de estar tercero a la cola de la parrilla en una curva. Lo pasaban como si de un Fórmula 2 se tratara.

Al problema de motor se le añadió el embudo que se formó en la curva 3 con un trompo de Carlos Sainz y los dos Alpha Tauri echando de la pista al Red Bull del neerlandés. Con escapatorias de grava, el coche se quedó clavado y su carrera terminó allí junto a la de Gasly. Eran las dos primeras bajas. Tenían que llegar más.

Tras ocho interminables vueltas tras el Safety Car, la carrera en Mugello estaba preparada para ser relanzada pero  no se  pudo hacer peor. Fue el culpable de un accidente que pone los pelos de punta. El Safety apagó las luces al llegar a la curva 15, la última, sin tiempo para que Bottas ralentizara y formara la cola tradicional.

¿El resultado? El finlandés, consciente de que nadie lo podía pasar hasta cruzar la línea de meta, lo dice una nueva normativa que tiene los días contados tras la carrera de hoy, empezó a zigzaguear antes de pegar el acelerón final. Los de la cola de la parrilla pensaron que ya había relanzado la carrera y cuando vieron que no era así frenaron. Los últimos, al ver el acelerón, se los comieron. Latifi, Magnussen, Sainz y un Giovinazzi que no volcó de milagro. A más de 200 km/h encontrarse a coches casi parados no debe hacer mucha gracia. Bandera roja. La primera.

Todos ilesos y con los pies ya en el box, tocaba pensar en los 14 coches que quedaban en pista. Acabaron siendo 13 porque Ocon se añadía a la escabechina con un problema en su monoplaza. El parón le vino como agua de mayo porque a todo esto, Bottas le había robado la cartera a Hamilton en la salida y se plantaba líder a la segunda salida del día.

Pero a Lewis le tomas el pelo una vez. No dos. Bottas, al igual que su compañero antes, no supo mantener la 'pole' y con el rebufo y un gran exterior en la curva 1, Hamilton recuperaba lo que era suyo y Valtteri parecía rendirse demasiado pronto. Lo único que faltaba por vender era el tercer cajón del podio que ocupaba Leclerc. En el Gran Premio 1.000 de Ferrari podía ocurrir el milagro... pero el monoplaza es demasiado lento. Se deshinchó con el paso de la vueltas.

Por él pujaron Ricciardo y Stroll con un ritmo ilusionante para el Renault del asutraliano. Con una parada un par de vueltas antes que el canadiense de Racing Point, Daniel se colocaba tercero cerca de hacer historia con la escudería del rombo. Lance no dio su brazo a torcer y en su intento de persecución al límite llegó un pinchazo en su coche. Accidente fuerte, Safety Car primero y bandera roja posterior. Sí, a Bottas se le aparecía la virgen para volver a pelear con Lewis en otra salida en parrilla.

No debe ser muy creyente Bottas que no solo no pudo atacar a Hamilton en la resalida sino que perdió la segunda plaza con Ricciardo. Le duró poco al australiano pero evitó la guerra entre los Mercedes. Pero el de Renault se deshinchó con los más blandos y Albon aprovechó para robarle el podio. 

Delante, Hamilton cerró un nuevo triunfo. El 90. La sexta del año y las que quedan. Por detrás Bottas y el primer podio de Albon. Tiemblan los récords de 'Schumi'. En Rusia Hamilton lo puede igualar en triunfos y es cuestión de tiempo que lo haga en Mundiales.