Las claves del Gran Premio de Azerbaiyán

Bottas celebra su triunfo en Bakú

Bottas celebra su triunfo en Bakú / twitter

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Mercedes logró en Bakú el cuarto doblete de la temporada y de nuevo con Valtteri Bottas rebelándose contra su rol de gregario del pentacampeón Lewis Hamilton y firmando una victoria que le da además el liderato provisional del Mundial. Estas son las claves del Gp de Azerbaiyán:

1. Bottas, a complicar la vida a Hamilton 

Lewis Hamilton, que es gato viejo, le quiso llevar al huerto en la salida, pero este Valtteri Bottas del 2019 es mucho más fuerte que el que apreciamos en temporadas anteriores. Determinado y seguro de si mismo, le robó la pole a su compañero el sábado y en carrera no tuvo ninguna fisura para facilitarle un hueco pese a la presión descomunal a la que fue sometido durante toda la carrera. Un ejemplo: Hamilton hizo la vuelta rápida en el antepenúltimo giro y él respondió batiéndole en el penúltimo.

Al final fue Leclerc quien ganó el punto adicional. Bottas ha dado un importante paso al frente. Le ha perdido el miedo al británico, con el que finalmente se enfrenta de tú a tú. Después de que su compañero haya ganado cuatro de los últimos cinco títulos, quiere pelearle el cetro, siguiendo los pasos de Nico Rosberg en 2016. Ganó en Australia, donde hizo la vuelta rápida, fue segundo en Bahrein y China y volvió a ganar ayer en Bakú, recuperando de esta forma el liderato del Mundial en un circuito en el que el año pasado perdió la carrera por un pinchazo. Un punto les separa. Habrá batalla. ¿Aguantará la presión? 

2. Los errores propios consumen a Ferrari

Ellos mismos se están cavando la fosa. Muy fuertes en entrenos, sobre todo en los libres, van perdiendo fuelle a medida que pasa el fin de semana y en los cuatro grandes premios disputados ya contabilizamos cuatro dobletes de Mercedes. La vuelta rápida al final de Charles Leclerc queda, al margen del punto adicional que sumó, de cara a la galería. Con un Sebastian Vettel desdibujado, triste, lejos de su mejor forma, todas las esperanzas están puestas en el enorme futuro del monegasco, cuyo error del sábado en la crono le devolvió los pies al suelo y que ayer remontó hasta la quinta plaza.

El coche es competitivo, sin duda, pero tienen que mejorar en algunas áreas para que no vivamos otro paseo de Mercedes en su camino hacia el título. Ferrari, como en Australia, Bahrein o China, sigue viendo como sus opciones se escapan, ya sea por los errores de los pilotos, por la falta de fiabilidad o por la propia gestión del equipo.

3. La F1 no se puede permitir este caos 

Graves errores estructurales, logísticos y de planificación en el circuito de Bakú, que pusieron en entredicho no solo al GP de Azerbaiyán sino también a la FIA y a Liberty Media, gestores del campeonato. Estos problemas se pusieron de manifiesto especialmente cuando Dirección de Carrera tuvo que dar por terminada la primera tanda de entrenamientos libres para “revisar la pista y limpiar la superficie” después de que se levantara una alcantarilla y provocara importantes daños en el Williams de George Russell que no pudo salir tampoco en la segunda tanda al tener que cambiar el chasis. La tapa se desplazó al paso del Ferrari de Charles Leclerc y terminó de levantarse cuando la pisó George Russell. “Esto no es lo que esperas de un circuito de Fórmula 1”, dijo Claire Williams. Es obvio, ni de un circuito ni un campeonato como éste. Tampoco se espera de un circuito de F1 que dos comisarios sean atropellados por un piloto de F2 -Sean Gelael- cuando le ayudaban a retomar la pista o que la grúa que transportaba el Williams de Russell a boxes chocara contra un puente publicitario. Un desastre.