Alonso se rinde a falta de tres carreras

"El año está más que finiquitado, en el sentido de darlo por bueno", dijo el asturiano al término del GP de México

El declive de Aston Martin tras su fulgurante arranque de temporada es más dramático de lo que nadie imaginaba

Alonso asume que la temporada está perdida

Alonso asume que la temporada está perdida / Aston Martin

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Hasta la pasada semana podría decirse que Fernando Alonso vívía aún de rentas. Después de un fulgurante inicio de temporada en el que encadenó seis podios en las primeras 8 carreras, la lluvia en Zandvoort le ayudó a conseguir el séptimo cuando su Aston Martin ya no era aquel coche impresionante de Bahrein. El declive del proyecto había comenzado, pero nadie sospechaba que fuera a ser tan dramático.

El rendimiento del AMR23 ha caído a plomo en los dos últimos grandes premios, hasta el punto de que Alonso apenas podía mantener su coche en pista este fin de semana en México. Sus manos ´mágicas' le permitieron salvar dos aparatosos trompos de 360º que en otros casos habrían acabado con el coche en el muro.

Y cuando por segunda ocasión consecutiva se escuchó por la radio de Aston Martin el aviso de retirada, el desánimo se apoderó incluso de los seguidores más optimistas. También del piloto asturiano, que tras la carrera en el Hermanos Rodríguez anunció su definitiva 'rendición'.

Quedan tres pruebas -Brasil, Las Vegas y Abu Dhabi-, para que la temporada 2023 que tanto prometía para Alonso y Aston Martin baje el telón y Fernando considera que "este año está ya finiquitado, lo doy por bueno". Es su modo de ver el vaso medio lleno en plena desesperación.

"Nunca hubiésemos pensado de tener esta cantidad de puntos y luchar con Ferrari o Mercedes, incluso estamos aún por delante de ellos en el campeonato de pilotos, que es una auténtica locura, teniendo en cuenta que hay un coche (Ferrari) que ha hecho 6 o 7 poles ya. Así que bueno, esa es la parte positiva de este año", defiende.

Un balance que ha empeorado tras Austin y México. Hamilton, tercero en el campeonato, se ha escapado definitivamente de su alcance a pesar de ser descalificado en Estados Unidos. En el Autódromo de los Hermanos Rodríguez Carlos Sainz ha empatado a 183 puntos con Fernando, que ahora es quinto. Y por detrás ya aparecen Lando Norris y Charles Leclerc, a los que será muy difícil frenar este mes viendo el déficit de Aston Martin frente a McLaren y Ferrari.

Desarrollo equivocado

¿Qué ha pasado para que un coche que a principio de curso parecía ir 'sobre raíles' se haya transformado en una máquina ingobernable y sea ahora una de las más lentas de la parrilla?. Aston Martin, sin tanta capacidad de reacción como estructuras tan poderosas como Ferrari o Mercedes , ha optado por introducir las mejoras en cuentagotas, a medida que discurría la temporada. No sería una mala estrategia de no ser porque las evoluciones llevadas a pista no dieron los efectos esperados. En el simulador y el túnel de viento, funcionaron. En el circuito fallaron.

No fue un acierto incorporar el paquete aerodinámico más ambicioso de los últimos meses en un gran premio, el de Estados Unidos, donde el formato sprint dejaba una única ocasión para probarlo en los entrenamientos libres. Y México, un circuito particular, condicionado por la altitud (2.200 metros) tampoco era el lugar idóneo para experimentos. De hecho, Alonso y Stroll se marcharon de Austin convencidos de que tenían un ritmo prometedor en carrera, pero este domingo el descalabro fue absoluto, con ambos coches rodando en las últimas posiciones antes del doble abandono.

Mike Krack, jefe del equipo Aston Martin, asume que la decepción viene de lejos, desde que antes del verano empezaron a darse cuenta de que no podían seguir el ritmo de sus rivales: "Nuestros competidores simplemente han mejorado más que nosotros y saltaron a esa brecha que había entre nosotros y Red Bull”, apunta.

 “Estos monoplazas son tan complejos que cualquier cambio afecta otras áreas del coche; hay efectos secundarios en cada actualización. Muy pocos cambios que realizas en el coche funcionan de forma aislada. Hicimos un cambio a principios de temporada y no anticipamos que tuviera algunos de los efectos secundarios que tuvo. No fue hasta después de varias carreras en diferentes tipos de circuitos que nos dimos cuenta de cómo estaba influyendo en el coche", explica el ingeniero luxemburgés.

Pese a todo, Aston Martin sigue siendo un proyecto en crecimiento y que el próximo año tendrá terminado su propio túnel de viento y unas instalaciones de última generación. Alonso se aferra a eso para mantener la esperanza: "Ya no luchamos por nada este año. Estamos en una situación que no es la que queremos y no queda otra que remar y aprender para el 2024", subraya.