Alonso se asienta y Ferrari está que arde

Una carrera de locos, en la que Fernando sumó su tercer podio consecutivo, mostró la peor cara de la Scuderia en un momento de gran tensión en el equipo, incluso entre sus pilotos

Tercer podio consecutivo para Fernando Alonso

Tercer podio consecutivo para Fernando Alonso

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Tres líderes diferentes, tres coches de seguridad, un VSC y otras tres banderas rojas reflejan la emoción que se vivió en el Albert Park de Melbourne, aunque el vencedor fue el mismo que en las dos pruebas precedentes. Max Vertappen, al que le robaron la cartera en la salida, demostró una vez más que tanto él como su coche están a otro nivel y que difícilmente se le va escapar el tercer título consecutivo.

La acción en la pista, trepidante, se llevó dos damnificados. El primero, George Russell. El inglés se colocó líder después de una gran salida, pero sus opciones se esfumaron cuando se mostró la primera bandeja roja en la vuelta siguiente a parar en boxes, ya que ello permitió a sus adversarios cambiar ruedas sin perder tiempo y él pasó de ir primero a estar fuera de los puntos.

Un desastre que culminó con la rotura del motor poco después. Carlos Sainz, que le ganó la partida a Alonso en la salida para colocarse cuarto, le acompañó en la desgracia. Tuvo la mala suerte de parar en el mismo momento que Russell. Remontó con carácter hasta recuperar la cuarta plaza, pero una sanción de 5” tras un toque con Fernando provocó que quedara fuera de los puntos. Un pobre bagaje a tanto esfuerzo. ¡Qué lástima!

Alonso me sigue asombrando. Tercera carrera y tercer podio, revelando otra vez que su fichaje por Aston Martin fue todo un acierto. El carácter, la motivación y el empeño que pone en cada una de sus maniobras es digna de elogio para un piloto que está pletórico. La ‘guerra’ iniciada con Hamilton parece que les motiva a ambos, ya que el inglés sacó sobre la pista también su mejor versión.

Todo lo contrario que Leclerc, errático todo el fin de semana, que se salió en la primera vuelta empujado por la presión. Los nervios en Ferrari afloran y ello terminó con el peor fin de semana en años. La falta de resultados genera tanta tensión que la Scuderia se está incendiando por momentos.