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Análisis: El Dakar, la velocidad y el futuro en Arabia

Kevin Benavides y Nasser Al-Attiyah han sido los grandes protagonistas de una carrera épica, complicada por el frío y las lluvias

Han pasado ya cuatro ediciones desde que ASO decidió establecerse en Arabia Saudita y todo indica a que este escenario tendrá continuidad

Al-Attiyah, a toda velocidad con su Toyota Hilux T1+

Al-Attiyah, a toda velocidad con su Toyota Hilux T1+ / @ASO

Josep Viaplana

Josep Viaplana

La 45ª edición del Dakar bajó el telón en Dammam con las flamantes victorias de Kevin Benavides y Nasser Al-Attiyah. El argentino y el catarí han sido los grandes protagonistas de una carrera épica, complicada por el frío y las lluvias.

UNA CARRERA AL SPRINT

El Dakar ha pasado de ser una aventura a una carrera al sprint, en la que se va a fondo desde el primer kilómetro al último. Cuando la prueba se celebraba en África era una aventura, en la que las tácticas eran determinantes. Con la marcha a Sudamérica y la llegada de sofisticadas tecnologías mejoró de forma notable el confort y durante estos años en Arabia Saudita ha aumentado considerablemente la velocidad de los participantes hasta convertirse en una carrera al sprint. Ello explica, indudablemente, el elevado número de accidentes que ha habido en todas las categorías, ya que quien cede terreno un día ya queda descolgado en la lucha por el título. La carrera de motos se decidió por segundos y las de buggies (T3 y T4) por minutos, todas en la última etapa. La experiencia, el control y la gestión siguen siendo importantes, pero la primera premisa ha pasado a ser: cruzar los dedos y gas a fondo.

AUDI, LA ASIGNATURA PENDIENTE

Esperábamos más del segundo asalto de Audi. La marca alemana, que en 2026 aterrizará en Fórmula Uno, remodeló completamente el coche para solventar los problemas del debut, pero sus aspiraciones se mantuvieron a salvo solo en las primeras etapas. Un compendio entre infortunio y accidentes echó por tierra sus opciones, difuminándose con celeridad los buenos pronósticos. Al-Attiyah, como en 2022, controló la carrera con extremada comodidad. Ni Audi ni BRX fueron enemigos y se limitó a gestionar la abultada ventaja que ya estableció la cuarta etapa. El problema de Audi ha sido que la carrera no perdona cuando se va durante tantos km a fondo y, por otro lado, que la mecánica tiene memoria. Pinchazos, pequeños incidentes, la mecánica y, sobre todo, los accidentes de Peterhansel y Sainz, han pasado factura con crueldad. Tengo claro, por otro lado, que para derrotar a Nasser tienen que hacer más carreras, el mejor test es la competición.

ARABIA SIGUE SIENDO EL FUTURO

Han pasado ya cuatro ediciones desde que ASO decidió establecerse en Arabia Saudita tras el paso por Sudamérica y uno se pregunta si el contrato firmado por cinco años –a razón de 15 millones de dólares anuales- se prolongará. Hoy todo apunta a que sí, pero se están estudiando diversas fórmulas de colaboración porque a los organizadores les gustaría crecer hacia países vecinos, es decir, una extensión del itinerario hacia Abu Dhabi o/y Jordania para generar nuevos alicientes. Primero, desde luego, hay que concentrarse en el 2024, que volverá a tener como epicentro a Arabia Saudita, donde se va a buscar un recorrido renovado y esperando que la lluvia y el frío –los denominadores comunes de esta edición- no afecten, ya que con el suelo blando el mismo itinerario de esta edición –mucha arena y grandes dunas- hubiese sido mucho más exigente para los participantes.