Toronto, vía de escape tras un par de sueños rotos

Tomar la decisión de marchar de casa y emprender la primera experiencia internacional no es fácil. En todo caso, resulta más fácil para unos que para otros. "Cuando me salió la oportunidad no me lo pensé", nos dice Enric Bernat, jugador de Castellserà (Lleida), que vive una nueva vida en Canadá, a las filas del filial del Toronto, el Toronto FC II, en la USL League One.

Y es que la opción de la liga norteamericana le llegó al catalán tras una etapa muy difícil, y dos situaciones que hubieran podido cambiar su carrera. En junio de 2019, Enric fue uno de los jugadores del Reus (pese a que aún no había fichado) que viajó a Toronto para hacer una 'prueba', en el convenio que quería realizar en ese momento su propietario con el club de la MLS, aunque siempre con la idea de regresar al club rojinegro, algo que nunca llegó a pasar.

"Yo no sé si llegó a ser una prueba. El Reus quiso hacer un puente entre jugadores del Reus y Toronto. Lo que quisieron hacer es vender algo de imagen de que algunos jugadores del Reus viajaron a Toronto, pero al final se quedó en nada", explica Bernat de esa experiencia. "El 2019, lo que me dijeron es que yo me podía quedar aquí pero que primero tenía que ir al Reus, y en ese momento vi que lo del Reus no funcionaría. Cuando finalmente el Reus se deshizo, yo me busqué un club y me salió el Lleida”.

De azul y en Segunda B, Bernat cumpliría uno de sus ilusiones, la de jugar con el club de su tierra, pero una grave lesión y problemas de pagos junto a otros compañeros, hicieron que se rompieran todos los vínculos con con los directivos leridanos.

"El hombre que quiso comprar el Reus (Cliton Onolfo) quería que yo fuera a jugar allí, pero no se acabó haciendo. Yo era un jugador que a él le gustaba mucho", recuerda. "Desde entonces no volvimos a hablar y cuando él supo que no tenía equipo, junto con mi representante, me ofrecieron la posibilidad de venir aquí. Quería probar un cambio de aires, un fútbol diferente. Es una oportunidad increíble y estoy muy contento de haberla podido coger."

Llegar a Toronto, y en plena pandemia, tampoco fue un camino fácil. 17 días de cuarentena y confinamiento domiciliario en Canadá fue lo que se encontró el español, que finalmente tuvo que viajar con el equipo a Estados Unidos para hacer una mini-pretemporada de solo una semana antes del inicio de liga.

"La liga empezaba en abril y nosotros empezamos en mayo, así que tuvimos que jugar 12 partidos cada tres días para ponernos al ritmo de los otros. Sin pretemporada y jugar cada tres días, estábamos reventados", relata.

“El fútbol es muy diferente, bastante más físico que aquí en España, un fútbol de transiciones, de mucha defensa-ataque. Otro mundo. En España puedes descansar un poco con el balón, pero aquí cuando tienes el balón es ir 100% arriba. Muchas veces cuesta adaptarte, porque te has criado en un fútbol más tranquilo", añade Bernat.

Pese a todo eso, dice, es una experiencia que le ha "cambiado la vida". En el primer equipo del Toronto, otro español, Javier Pérez, se ha visto al mando de la plantilla tras la destitución de Chris Armas, y ha firmado un inicio de etapa perfecto.

"Hablamos casi cada día con Javier. Cuando lo conocí, en Orlando, yo entrenaba con el primer equipo y él era el segundo. De segundo pasó a primero y desde que cogió el equipo están funcionando muy bien las cosas", dice Bernat, que espera su llamada en la MLS. "Las expectativas siempre son llegar al primer equipo cuando estás en un filial, pero me lo cojo bastante de semana a semana. Adaptarme, mejorar, y todo eso enriquece como futbolista porque ves nuevas formas de ver el fútbol. Intento ser mejor cada semana. Prefiero no hacer expectativas y ver cómo acaba el año."