Mascotas

El olor del estrés humano afecta a los perros: toman decisiones pesimistas

Los diferentes olores influyen en el aprendizaje y el estado emocional de estas mascotas

Ejemplar de bulldog.

Ejemplar de bulldog. / Pixabay

Ramón

Ramón

Está demostrado que los perros sintonizan emocionalmente con sus dueños. Y que huelen las emociones humanas. Miedo, alegría, ira… Pueden distinguir, incluso, si una persona está o no estresada. Más aún: el olor del estrés humano los afecta de tal manera que pueden tomar decisiones pesimistas.

Son las sorprendentes conclusiones de un reciente estudio científico dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y publicado en ‘Scientific Reports’. Se sabía previamente que los perros distinguen muestras de olores humanos estresados y no estresados, pero el efecto sobre su cognición no había sido estudiado hasta ahora.

Mediante una tarea de sesgo cognitivo, los autores de este último estudio han probado cómo los olores humanos afectan la probabilidad de que los perros entrenados se acerquen a un recipiente de comida colocado en tres lugares ambiguos (‘casi positivo’, ‘medio’ y ‘casi negativo’) entre lugares ‘positivos’ (recompensados) y ‘negativos’ (sin recompensa).

Utilizando muestras de olores recogidas de tres voluntarios desconocidos durante actividades estresantes y relajantes, estos científicos han probado a 18 perros en tres condiciones: sin olor, olor de estrés y olor relajado, con el orden de los olores de prueba contrarrestado entre los perros.

Cuando se expusieron al olor de estrés durante la tercera sesión, los perros tenían significativamente menos probabilidades de acercarse a un recipiente colocado en uno de los tres lugares ambiguos (casi negativo) en comparación con ningún olor, lo que indica posibles comportamientos de reducción de riesgos en respuesta al olor del estrés humano.

Un grupo de perros en el centro de educación canina.

Un grupo de perros en el centro de educación canina. / EFE / Irene Martín Morales

El aprendizaje de los perros de las posiciones positivas y negativas entrenadas mejoró con pruebas repetidas y fue significativo entre las sesiones dos y tres solo cuando se expuso al olor del estrés durante la tercera sesión, lo que sugiere que el olor influyó en el aprendizaje y en su estado emocional.

Prueba de ‘optimismo’ o ‘pesimismo’

Este es el primer estudio que demuestra que sin señales visuales o auditivas, las señales olfativas del estrés humano pueden afectar la cognición y el aprendizaje de los perros, lo que podría tener consecuencias importantes para el bienestar y el rendimiento laboral de esas mascotas.

Los datos obtenidos en seres humanos sugieren que el olor de una persona estresada afecta de forma subconsciente las emociones y las decisiones que toman quienes la rodean (otros humanos). Los investigadores de la Facultad de Veterinaria de Bristol querían averiguar si los perros también experimentan cambios en su estado emocional y de aprendizaje en respuesta a los olores que provocan estrés o relajación en los seres humanos.

El equipo utilizó una prueba de ‘optimismo’ o ‘pesimismo' en animales, que se basa en hallazgos de que las elecciones ‘optimistas’ o ‘pesimistas’ de las personas indican emociones positivas o negativas, respectivamente.

Los investigadores reclutaron a 18 parejas de dueños de perros para que participaran en una serie de pruebas con diferentes olores humanos. Durante las pruebas, se entrenó a los perros para que supieran que, cuando se colocaba un recipiente de comida en un lugar, contenía una golosina, pero cuando se colocaba en otro lugar, estaba vacío.

Freddie, participante del estudio, sentado junto al frasco que contiene la muestra de olor mientras espera que comience la prueba.

Freddie, participante del estudio, sentado junto al frasco que contiene la muestra de olor mientras espera que comience la prueba. / Universidad de Bristol

Una vez que los perros aprendieron la diferencia entre las ubicaciones de estos recipientes, se acercaron más rápido al lugar con una golosina que al lugar vacío. Luego, los investigadores probaron la rapidez con la que los perros se acercaban a lugares nuevos y ambiguos ubicados entre los dos originales.

Un enfoque rápido reflejó ‘optimismo’ sobre la presencia de alimentos en estos lugares ambiguos (un indicador de un estado emocional positivo), mientras que un enfoque lento indicó ‘pesimismo’ y emoción negativa.

Estado emocional negativo

Estas pruebas se repitieron mientras cada perro estaba expuesto a la ausencia de olor o a los olores de muestras de sudor y aliento de humanos en un estado estresado (prueba aritmética) o relajado (escuchando paisajes sonoros).

Los investigadores descubrieron que el olor provocado por el estrés hizo que los perros se acercaran más lentamente a la ubicación ambigua del cuenco más cercana a la ubicación entrenada del cuenco vacío, un efecto que no se observó con el olor relajado.

Estos hallazgos sugieren que el olor provocado por el estrés puede haber aumentado las expectativas de los perros de que esta nueva ubicación no contenía comida (aumentó su pesimismo), de manera similar a la ubicación cercana del cuenco vacío.

Los investigadores sugieren que esta respuesta ‘pesimista’ refleja un estado emocional negativo y posiblemente podría ser una forma del perro de conservar energía y evitar decepciones.

Los perros están conectados emocionalmente con sus dueños.

Los perros están conectados emocionalmente con sus dueños. / Unsplash

El equipo también descubrió que los perros continuaban mejorando su aprendizaje sobre la presencia o ausencia de comida en las dos ubicaciones de los cuencos entrenados y que mejoraban más rápido cuando estaba presente el olor del estrés.

"Comprender cómo el estrés humano afecta el bienestar de los perros es una consideración importante para estos animales en perreras y al entrenar canes de compañía y para roles de trabajo; por ejemplo, de asistencia", explica Nicola Rooney, autora principal del artículo.

"Los dueños de perros saben lo en sintonía que están sus mascotas con sus emociones, pero aquí demostramos que incluso el olor de un humano estresado y desconocido afecta el estado emocional del perro, su percepción de recompensas y su capacidad de aprender.

Los adiestradores de perros de trabajo suelen describir el estrés que se transmite por la correa, pero también hemos demostrado que puede viajar por el aire".

Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41598-024-66147-1

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