Evolución

Las jirafas ‘estiraron’ sus cuellos para ser más atractivas

Unos extraños fósiles brindan nuevas explicaciones al misterio evolutivo de este mamífero

Las jirafas 'estiraron' su cuello para ser más atractivas

Las jirafas 'estiraron' su cuello para ser más atractivas / Pixabay

Verónica Pavés

El tamaño de los cuellos de las jirafas se ha convertido en uno de los grandes misterios de la naturaleza. Por ello, estos mamíferos han acabado siendo protagonistas de estudios de todo tipo de disciplinas científicas. Son muchas las teorías que han intentado explicar esta rara característica. En un primer momento, el naturalista francés Jean-Baptiste de Lamarck (1744-1829) propuso la solución que parecía más lógica. Los cuellos eran así de largos para que las jirafas pudieran alcanzar los alimentos de las copas de los árboles y así desarrollaron esta ventaja evolutiva con respecto al resto de animales.

Pero la ciencia ha demostrado que la respuesta puede no ser tan fácil. El reciente hallazgo de un fósil de una especie primitiva apunta a otra posibilidad y es que las jirafas estiraron su cuello por una razón mucho más elemental: ganarse la predilección de las hembras para mantener su estirpe.

Así lo han concluido los investigadores del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de la Academía de Ciencias de China en un artículo publicado en ‘Science’, tras estudiar las características de Discokeryx xiezhi, un extraño jirafoide primitivo encontrado en el país asiático. Tras analizar sus huesos, los científicos concluyeron que el cuello de las jirafas habría evolucionado de esta manera para poder competir contra otros machos durante el cortejo.

En primer plano, recreación de las protogirafas de los fósiles hallados

En primer plano, recreación de las protogirafas de los fósiles hallados / WANG Yu and GUO Xiaocong

Y es que, para que un macho se convierta en el más importante dentro de la jerarquía de la torre (como se conoce a las manadas) -y por tanto ser el más codiciado para procrear con las hembras- debe demostrar ser más fuerte que los demás. Este estudio concluye, en este sentido, que disponer genéticamente de un cuello más largo les permite causar un daño mayor a sus adversarios.

Durante las encarnizadas peleas de cortejo, las jirafas macho luchan entre sí lanzándose sus pesadas cabezas (muy robustas y llenas de protuberancias) hacia las partes más débiles de sus adversarios, para así noquearlos y dejarlos fuera del juego reproductivo. 

Los fósiles de este estudio se encontraron en estratos del Mioceno temprano -correspondiente a unos 17 millones de años- en el norte de la cuenca Junggar en China. En el lugar se halló un cráneo completo y cuatro vértebras cervicales de esta protojirafa, que bautizaron como Discokeryx xiezhi.

"El individuo presentaba muchas características que le hacen único entre los mamíferos”, resalta Tao Deng, profesor del Instituto. El rasgo que más les sorprendió de este animal es que tenía una única protuberancia en lugar de dos (como suelen tener las jirafas actuales). “Se trata de un osicono grande en forma de disco en medio de su cabeza", afirma Deng. De hecho, este unicuerno es lo que le ha dado ese peculiar nombre, pues en la mitología china el xiezhi es una criatura de un solo cuerno.

El Discokeryx xiezhi también cuenta con unas cervicales muy robustas, así como unas complejas articulaciones que unen la cabeza y el cuello. Estas características tienen una estrecha relación, según la investigación, con los impactos entre cabezas a grandes velocidades. De hecho, este animal es probablemente el vertebrado mejor adaptado a las colisiones craneales.

Ejemplar de jirafa

Ejemplar de jirafa / Pixabay

"Tanto las jirafas vivas como Discokeryx xiezhi pertenecen al grupo de Giraffoidea”, explica el autor del artículo Shiqi Wang. Por esta razón, aunque la morfología de sus cráneos y cuello difieren bastante, “ambas están asociadas con luchas de cortejo masculino y ambas evolucionaron en una dirección extrema", asegura el investigador.

Aparte de diseccionar el comportamiento del Discokeryx xiezhi, el equipo de investigación también comparó los cuernos de varios grupos de rumiantes, entre los que se encontraban las jirafas, vacas, ovejas, ciervos y berrendos. Descubrieron que las jirafas tienen una variedad de protuberancias mucho mayor que en otros animales, lo que, a ojos de los investigadores, indica que las luchas de cortejo “son más intensas y diversas” en otros animales semejantes.

Tras estudiar el esmalte de sus dientes, los científicos llegaron a la conclusión de que Discokeryx xiezhi vivía en pastizales abiertos y pudo haber emigrado en alguna estación específica. En la época, hace 17 millones de años, el ecosistemas de los pastizales era muy árido y menos cómodo que el bosque. De ahí que los investigadores crean que esa lucha violenta para aparearse pueda estar relacionada con el estrés climático que sufrían.

Hace siete millones de años, cuando aparecieron los ancestros de las jirafas, el entorno era muy similar. La meseta de África Oriental cambió bruscamente, pasando de ser un entorno boscoso a una pradera abierta, por tanto, las primeras jirafas también tuvieron que buscar una forma de adaptarse a los cambios y esta fue atacar a los competidores con sus largos cuellos para poder aparearse.

Estas luchas tan extremas, unidas a la selección sexual, provocaron un rápido alargamiento del cuello de la jirafa durante un período de dos millones de años para convertirse finalmente en las jirafas que conocemos hoy en día.

Estudio de referencia: https://dx.doi.org/10.1126/science.abl8316

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