Bosques

La ciencia desmiente ahora que los árboles se comuniquen entre sí

Un estudio echa por tierra el supuesto papel de las redes de hongos subterráneos como intercambiadores de información

La ciencia desmiente ahora que los árboles se comuniquen entre sí

La ciencia desmiente ahora que los árboles se comuniquen entre sí / Pinterest

Joan Lluís Ferrer

Varios estudios científicos publicados en los últimos años aseguraban haber descubierto que los árboles se comunican entre sí a través de vastas redes subterráneas de hongos. Mediante este sistema, los árboles se avisarían mutuamente sobre la existencia de peligros y de este modo se pondrían en guardia para hacerles frente. Y, sin embargo, un reciente estudio basado en una gran cantidad de investigaciones previas, concluye que nada de ello está comprobado.

La profesora Justine Karst, de la Universidad de Alberta (Canadá), publicó recientemente en la revista Nature Ecology & Evolution un artículo junto con otros dos colegas de otras universidades en el que rebate las tres principales afirmaciones que sustentan esa creencia.

Fundamentalmente, los anteriores estudios señalaban que los hongos subterráneos conocidos como redes micorrícicas comunes (RMC) conectan las raíces de múltiples plantas bajo tierra y transferirían nutrientes e información a través del suelo. Científicos como Suzanne Simard de la Universidad de la Columbia Británica, afirma que todos los árboles de un bosque, incluso perteneciendo a géneros diferentes, están interconectados como si fuera un internet vegetal, y se mandan señales para ayudarse mutuamente en caso de peligro, como plagas, enfermedades y otros ataques.

No hay pruebas de ello

Sin embargo, la nueva investigación, que ha revisado más de 1.500 artículos científicos sobre el tema, echa por tierra esta suposición. “Está genial que la investigación sobre las RMC haya despertado interés hacia los hongos forestales, pero es importante que el público entienda que hay ideas populares que van por delante de la ciencia”, señala Justine Karst.

Las redes subterráneas de hongos existen, pero no con las funciones que se le atribuyen

Las redes subterráneas de hongos existen, pero no con las funciones que se le atribuyen / Agencias

Es cierto que existen estas redes de hongos subterráneos, pero los investigadores afirman que no existen pruebas suficientes para demostrar que dichas redes sirvan para que los árboles se comuniquen entre sí.

Para empezar, la afirmación de que las RMC estén muy extendidas en los bosques no parece estar científicamente comprobada de manera suficiente. Sencillamente, se ignora aún gran parte de cómo funcionan estas redes de hongos bajo tierra. De hecho se han cartografiado “muy pocos bosques”, señala la nueva investigación.

En segundo lugar, cuestionan que estas redes sirvan para transferir nutrientes a los árboles y sus plántulas, potenciando su crecimiento y asegurando su supervivencia, pues faltarían también pruebas de ello. En realidad, estudios anteriores han establecido que, incluso suponiendo que los árboles puedan transferir estos recursos a través del suelo, las redes RMC tienen tantas posibilidades de mejorar como de perjudicar a las plantas, aunque lo más frecuente es que el efecto sea neutro.

Micorrizas

Micorrizas / Agencias

De igual modo, el hecho de que los árboles adultos envíen señales de aviso a otros ejemplares mediante estas redes no estaría respaldado por ningún estudio revisado por expertos, afirma Karst en su investigación.

Distorsionar la ciencia sobre los RMC de los bosques es un problema, porque la ciencia sólida es fundamental para decidir cómo se gestionan los bosques. Es prematura basar las prácticas y políticas forestales en los RMC por sí solos sin más evidencias. Y no identificar la información errónea puede erosionar la confianza del público en la ciencia”, advierte Karst.

Estudio de referencia:  https://www.nature.com/articles/s41559-023-01986-1

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