Los atropellos amenazan la recuperación del lince: 78 ejemplares muertos solo en Toledo en tres años

La esperanzadora evolución del lince ibérico en España, con sus poblaciones en aumento y cada vez más lejos de la extinción, oculta una preocupante realidad: el gran número de muertes por atropello que se están produciendo en diferentes zonas del país. Según un informe elaborado por biólogos de Ecologistas en Acción, solamente en la provincia de Toledo se han registrado 78 muertes de lince ibérico entre 2021 y 2023. Por ello, reclaman medidas concretas para paliar esta situación.

Según el informe elaborado por esta organización, de los 95 linces hallados muertos en la provincia durante este periodo de tiempo, 78 de ellos fueron víctimas de un atropello de tráfico, lo que supone un 82% de los ejemplares muertos.

El estudio, elaborado por los biólogos Miguel Ángel Hernández y Roberto Oliveros, revela que en 2022 se registraron 30 atropellos de lince, lo que implica un 11% de la población toledana de esta especie, “cuando en el conjunto de la población hispano-portuguesa la tasa de mortalidad por esta causa es del 6%, prácticamente la mitad”, afirman los autores en la revista Quercus del mes de junio.

“Los datos reflejados en nuestro informe son muy preocupantes. Aún así, consideramos que está infravalorada la mortalidad del lince ibérico, ya que es imposible localizar todos los ejemplares que perecen”, añaden.

Un área en concreto acapara el 90% de los atropellos

Existe, según el estudio, un área concreta de la provincia de Toledo que acumula nada menos que más del 90% de los atropellos. Se trata de la comarca de los Montes de Toledo, especialmente en el piedemonte, con algunos casos esporádicos fuera de esta área. El 60% de los casos se registran en solo cuatro tramos de carretera bien conocidos.

Solo en un tramo de ellas se han instalado medidas de prevención de atropellos de fauna, como señalización, vallados y pasos especiales. En vista de esta situación, “sorprende que la Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla-La Mancha y quienes han diseñados los planes de reintroducción de la especie no hayan dispuesto los mecanismos adecuados para prevenir este grave problema antes de empezar el programa de sueltas”, explican Hernández y Oliveros.

Por ello, Ecologistas en Acción de Toledo reclama una serie de medidas para revertir de la situación, empezando por la realización de más inspecciones de tramos de carreteras y de cotos de caza especialmente conflictivos, y siguiendo por la implantación de límites de velocidad en los tramos donde hay más atropellos, la creación de pasos subterráneos o sobreelevados amplios y seguros para el tránsito de linces o favorecer la presencia de conejos en las zonas más alejadas de los núcleos urbanos y carreteras, entre otras cosas.

Los autores afirman que la “sensación de optimismo” que generan las cifras de lince en la Península pueden conducir a “situaciones de autocomplacencia” que se apoyan en motivos poco sólidos: “Si el lince aparenta estar tan bien en la provincia de Toledo es porque no deja de ser una población artificialmente mantenida, a la que se le siguen añadiendo ejemplares mediante sueltas”.

Informe de referencia: bit.ly/3JYoxln

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