Fiestas ecológicas

¿Qué árbol de Navidad es más sostenible: de vivero o de plástico?

El 80% de los árboles artificiales que se venden proceden de China, lo que supone un fuerte impacto ambiental

Árbol de Navidad: ¿de plástico o de madera?

Árbol de Navidad: ¿de plástico o de madera? / Vivers Cardedeu

Joan Lluís Ferrer

Llega la Navidad y es hora de colocar el tradicional árbol. Pero ¿qué hacer? ¿Cuál es el más sostenible? ¿Optamos por uno de verdad o bien por uno de plástico? Dado que en este tema también hemos de velar por el medio ambiente, la respuesta rápida es que resulta preferible un árbol real, puesto que los de plástico ocasionan un impacto ambiental mayor. Sin embargo, no todo es tan sencillo, pues hay matices que conviene conocer.

Como todos sabemos, los árboles ayudan a mitigar el cambio climático al capturar dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo en sus ramas, raíces y agujas. Los árboles de Navidad no son diferentes, por lo que cortarlos puede parecer una mala idea.

Y, desde luego, no es aconsejable talar un árbol en el bosque para decorar nuestra casa. Ahora bien, cuando se trata de ejemplares cultivados, estos árboles pueden llegar a representar incluso una ventaja para el medio natural. En esos casos, los futuros árboles de Navidad tardan más de 10 años en crecer hasta un tamaño de 1,8 metros. Durante todo ese tiempo, dichos árboles servirán de refugio para numerosas especies de aves y otros animales y, por supuesto, absorberán carbono de la atmósfera.

Ahora bien, no todo árbol cultivado es garantía de sostenibilidad. Hay que tener en cuenta cómo se ha cultivado ese ejemplar, especialmente en lo que respecta al uso intensivo de pesticidas. Tampoco será muy aceptable si esa plantación se ha implantado en el terreno a costa de destruir ecosistemas naturales de valor.

Cultivo de árboles de Navidad en Catalunya

Cultivo de árboles de Navidad en Catalunya / emarcolife

El cultivo y producción de árboles de Navidad es una importante fuente de ingresos en amplias áreas rurales de Cataluña, Navarra y País Vasco, donde en los días previos a las fiestas se comercializan alrededor de tres millones de árboles. Las dos especies que más se cultivan son el abeto rojo (Picea excelsea) y el abeto del Cáucaso (Abies nordmanniana). Conviene informarse sobre los sellos de certificación ambiental de los árboles de Navidad cultivados, porque son garantía de su procedencia sostenible.

Comprarlos cerca de casa

Y, del mismo modo, no es lo mismo una plantación de árboles situada cerca de nuestra ciudad o pueblo que si compramos un ejemplar en una tienda que lo ha recibido por barco o avión desde un lugar remoto. En este segundo caso, nuestro árbol de Navidad habrá generado emisiones a la atmósfera a causa del transporte utilizado durante su largo trayecto. Por ello, hay que optar siempre por viveros locales.

De hecho, hasta el 80 por ciento de los árboles artificiales en todo el mundo se fabrican en China. Mientras se envían o vuelan alrededor del mundo, se liberará una gran cantidad de emisiones de carbono.

También determina la sostenibilidad de un árbol la forma en que éste es eliminado cuando ya no es apto para su uso navideño. Si se envía a un vertedero, el árbol real provoca un impacto, ya que al descomponerse producirá metano, un potente gas de efecto invernadero. Si optamos por deshacernos de él mediante su incineración, también habrá consecuencias para la atmósfera, porque su quema libera dióxido de carbono y otros contaminantes al aire. Entonces ¿qué hacer? El mejor método de eliminación es triturar el árbol, convirtiéndolo en virutas de madera o mantillo.

Árboles de plástico: una mala alternativa

¿Y qué sucede con los árboles artificiales? Sus defensores argumentan, con razón, que se utilizan muchas veces, año tras año. Pero, aunque ello sea cierto, los árboles artificiales tienen la enorme desventaja de estar hechos de plástico.

Esos árboles falsos a menudo están hechos de cloruro de polivinilo (PVC). Si bien este material es resistente, es uno de los plásticos más dañinos para el medio ambiente. Debido a su alto contenido de cloro, el PVC puede producir contaminación tóxica en forma de dioxinas, que se acumulan en los cuerpos de los animales a lo largo de la cadena alimentaria. El PVC también es muy difícil de reciclar y acaba yendo a vertederos donde permanecerá durante décadas.

Árbol de plástico

Árbol de plástico / Agencias

Además de eso, la huella de carbono de un árbol de plástico es más alta que la de uno real. Un árbol falso producirá el equivalente a alrededor de 40 kilogramos de emisiones de gases de efecto invernadero, que es más del doble que un árbol real depositado en un vertedero y más de 10 veces que un árbol real incinerado, según el portal especializado Iflscience.

Pero ¿y si ya poseemos un árbol de plástico en casa? Lo mejor que se puede hacer es no deshacerse de él y continuar usándolo durante muchos años, tantos como sea posible.

Por tanto, siempre es preferible un árbol real, cultivado en vivero sostenible y local, a corta distancia de donde se vaya a instalar, y convertirlo al final de su vida en viruta o serrían para uso doméstico.

Ahora bien, existe también la tercera vía de construirnos nosotros mismos un árbol de Navidad con desechos y residuos que ya no vamos a utilizar. Usando la imaginación, podemos decorar la casa de forma original y sostenible.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es