Rubiales deberá decidir si destituye al vicepresidente de la RFEF

El presidente de la RFEF, Luis Rubiales

El presidente de la RFEF, Luis Rubiales / EFE

Ramón Fuentes

El año nuevo le trae un problema al presidente de la RFEF, Luis Rubiales, una vez se confirme la imputación según el diario 'El Mundo' del actual presidente de la Federación Canaria, y actual número dos de la Junta Directiva, Antonio Suárez Santana. Y es determinar qué hacer con el directivo canario una vez se ha conocido esta imputación por la Audiencia Nacional en el caso Soule por una presunta desviación de fondos de la Federación Canaria de Fútbol.

Actividades ilícitas que nunca serían achacables al actual presidente de la RFEF dado que el caso Soule se enmarca dentro de la presidencia de Angel María Villar. Motivo por el cual estuvo en prision al igual que su hijo Gorka Villar e inhabilitado por el CSD para ser presidente de la RFEF durante un año. Luego llegaría la resolución del TAD de diciembre de 2017 de inhabilitación permanente por un uso ilícito de su posición de presidente y a la vez candidato en el proceso electoral del 2016. 

Lo normal es que esta decisión, salvo dimisión del propio directivo, deba adoptarla en la primera Junta Directiva. Se repite la misma situación vivida por el ex presidente de la Federación catalana de fútbol, Andreu Subies. Nada más conocerse su posible vinculación Y ser detenido en noviembre del 2018 también en el caso Soule, tanto Luis Rubiales como la Junta directiva respaldaron al directivo evitando su dimisión. Solo Ana Muñoz, vicepresidenta de la RFEF y máxima responsable  del área de integridad, votó en contra de esta decisión y en favor de la destitución del directivo.

Finalmente en marzo de este mismo año el propio Subies presentaba su dimisión como vicepresidente de la RFEF para centrarse en la imputación en el caso Soule.

Conviene resaltar que entre los miembros de la rfef, y según recoge sus Estatutos, establece una seria de obligaciones. Están recogidas en el artículo 25 relativo a los derechos básicos de los miembros y en su punto d establece lo siguiente: “Observar los principios de lealtad, integridad y deportividad de acuerdo con los principios del juego limpio, lo que incluye, en particular, la obligación de abstenerse de realizar cualquier actividad que ponga en peligro la integridad de la RFEF o de sus competiciones, o conlleve el descrédito del fútbol”.

Veremos que decisión adopta tanto el presidente como el resto de miembros de la Junta Directiva en la primera reunión del año acerca del directivo canario y esta posible imputación.