Las elecciones a la RFEF se podrán convocar cuando se levante el estado de alarma

Una vez que en el día de ayer el CSD aprobó el Reglamento electoral de la RFEF, Luis Rubiales ya tiene la capacidad para poder convocar elecciones a la Federación Española de Fútbol una vez finalice el estado de alarma que inicialmente, y después de la prórroga que va a solicitar este miércoles el gobierno de quince dias, finalizaría el 13 de junio.

A partir de ese mismo día Luis Rubiales podría convocar a su Junta Directiva, como iba a hacerlo el pasado 25 de marzo inicialmente, para dar por comenzado el proceso electoral.

Un proceso electoral que conforme el calendario aprobado por la Comisión Delegada de la RFEF del pasado 11 de marzo, prevé un período de 76 días para la celebración de la Asamblea general donde se elija presidente que puede extenderse a once días más en caso de alegaciones. Así estaba estipulado en el último calendario elaborado y aprobado por la Comisión con fecha de inicio el 25 de marzo, fijando la fecha de elecciones para el próximo 8 de junio y del 17 en caso de alegaciones. En la versión anterior, que no ha sido aprobado por la Comisión Delegada, fijaba un período de 118 días para la celebración de los comicios.

La gran duda radica ahora si las convocara de manera inmediata o esperará al próximo mes de septiembre. De hacerlo una vez concluya el estado de alarma, nos situaría en un escenario donde las elecciones a la Asamblea, y en donde se designan los miembros que compondrán la misma, se celebraría pasados unos 55 días desde el comienzo del proceso electoral. Eso siempre según el último calendario. Si nos vamos al genérico estaríamos hablando de 62 días desde el pistoletazo de salida.

En ambos casos la elección de los 139 miembros que designen al presidente sería siempre a mitad del mes de agosto, que va a ser considerado como hábil por el CSD. Quedando para septiembre la elección a presidente. 

CAPTACIÓN DE VOTO Y LA EJECUCIÓN DEL MISMO

La clave está en hasta que punto resulta interesante al presidente Luis Rubiales llevar adelantar o ejecutar de manera tan inmediata este proceso electoral. Mas cuando, después de lo sucedido por el COVID, no son necesarios ninguno de los argumentos esgrimidos ante el CSD en sus dos cartas para el adelanto como tampoco en la propia autorización emitida desde la Secretaria de Estado del pasado 9 de marzo, como ya explicamos en SPORT.

Más que nada porque celebrarlas de manera inmediata provoca dos problemas derivados. Por un lado que hasta que no se llegue a la fase 3 en todo el país no será posible la movilidad general lo que limita cualquier viaje por territoriales para la captación de voto. Además que celebrando las elecciones a la Asamblea en pleno mes de agosto, cerca del 80% de los clubes, futbolistas y entrenadores de este país estarán ilocalizables para poder ejercer su voto. Ya sea en la territorial correspondiente como incluso en el voto por correo. Y no olvidemos que la clave son estas elecciones a la Asamblea donde se eligen a los 139 miembros que designarán el presidente distribuidos en 20 clubes profesionales, 29 no profesionales, 32 futbolistas (13 profesionales y 19 no profesionales), 11 árbitros, 16 entrenadores y 12 representantes del fútbol sala. A estos se suman los 19 presidentes autonómicos.

Unos comicios en pleno agosto propiciarían un bajo porcentaje de voto. Algo que cambia radicalmente si el proceso electoral se celebra desde el mes de septiembre porque, cuando llegará el momento de constituir la Asamblea, ya estarán entrenando todos los equipos del fútbol español, sean o no profesionales. En un proceso electoral donde parece que puede ser clave que clubes y futbolistas acaben formando parte de la Asamblea en la elección final del presidente 

CASILLAS, MUY ATENTO

Y mientras tanto el otro gran candidato a las elecciones, Iker Casillas, sigue atento a todo lo que está sucediendo en nuestro fútbol desde su domicilio en Oporto. Desde allí ya tiene conocimiento de la decisión adoptada ayer por el CSD y está a la espera de conocer la fecha final de la convocatoria de elecciones para decidir qué estrategia poner en marcha.