Se dio un baño de masas respaldado por una afición que aplaudió su antideportividad

El Bernabéu bendice el juego sucio de Mourinho

Ayer se constató que Florentino Pérez le ha entregado el club en bandeja de plata al técnico de Setúbal

A. Alcázar

Mourinho salió triunfante en el plebiscito que convocó anoche en el coliseo madridista. Fue una especie de beatificación blanca del portugués, que se dio un auténtico baño de masas aprovechando la celebración del trofeo de la casa. Fue un lavado de imagen doméstico tras el bochornoso espectáculo ofrecido en el Nou Camp, ojo de Tito Vilanova incluído.

Pero, por mucho que Mourinho haya ganado este plebiscito casero, se impone lo escrito por John Carlin: “La imagen mundial del Real Madrid se ahoga en las cloacas”. Y lo peor es que los madridistas presentes se entregaron a la causa del portugués con motivo del torneo en memoria de la persona que hizo del Real Madrid un club mítico. Si don Santiago Bernabéu levantara la cabeza¿

Por si quedaba alguna duda, los aficionados del Real Madrid emitieron su veredicto: Mourinho no sólo es inocente, sino que es el `caudillo¿ que guiará al equipo blanco a los éxitos. Las pancartas, algunas muy elaboradas y estratégicamente situadas, iban todas en la misma dirección. Y entre ellas, alguna de muy mal gusto: 'Mou, tu dedo nos señala el camino'. Otras rezaban 'El Real Madrid es mi religión, Mou mi profeta', 'Mou es nuestro rey'...

El madridismo vive tiempos de confusión por esa máxima que Mourinho adereza en su propio vestuario de 'o conmigo o contra mí'. La edición trigésimo tercera del Trofeo Santiago Bernabéu fue utilizada para ese extraño referéndum que Mourinho convocó con su moneda trucada. Con esa apuesta propia de 'cara gano, cruz pierdes'. Así, las peñas dispusieron pancartas en defensa de un entrenador de métodos cuestionables cuyo único fin es ganar. El técnico sabe que queda grabado el nombre del campeón, sin reparar en los medios, por muy zafios que sean. Afortunadamente no todos viven engañados o de espaldas a la realidad, como dejó sentado el propio Rafa Nadal, madridista de corazón, cuando sentenció que “hay cosas más importantes que ganar”.

Mourinho tiene abducido a Florentino Pérez, que le ha entregado el club en bandeja de plata. “Es mi amigo” repite cada vez que puede el portugués, en otra jugada magistral del entrenador. El presidente fracasó en su primera etapa y juega su última carta para no tener que abandonar de nuevo la nave. Sabe que si Mourinho se va sin ganar nada importante él también tendrá que hacer las maletas. Cosecharía su segundo fracaso deportivo que mancharía de manera definitiva su brillante trayectoria empresarial. Por eso, Mourinho ha ido ganando terreno amenaza tras amenaza hasta controlar todos los poros del club. Ayer el Bernabéu votó a favor de Mourinho. Pero lo hizo viendo detrás de él al Barcelona, porque Mourinho utiliza sus fracasos ante los azulgranas para consolidar su posición ante un madridismo cansado de tanta derrota.