CICLISMO

La Vuelta vive un último esprint bajo el calor de Sevilla

El joven corredor checo Pavel Bittner, de 21 años, da la sorpresa y derrota a Wout van Aert en la llegada a la capital andaluza con Primoz Roglic al frente de la general antes de la etapa ‘encerrona’ de este jueves en tierras malagueñas

Bittner se impuso en el sprint de Sevilla

Bittner se impuso en el sprint de Sevilla

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Sevilla tiene un calor especial. Poco le importa al público que se reúne bajo un sol de justicia frente a la famosa plaza de la Maestranza que el termómetro marque los 36 grados. Los aficionados van pidiendo abanicos de cartón a las chicas y chicos de la caravana publicitaria de la prueba. Y nadie parece quejarse por el tercer día de esprint con otro retraso. Ya empieza a ser una moda que hay que empezar a cortar por el bien del ciclismo y el espectáculo.

La gente va mirando la pantalla gigante donde se reflejan las imágenes de la etapa. No hay emociones que exteriorizar porque no pasa nada. Van todos juntos y no muy rápido, cuando lo mejor sería darle impulso a la bici, porque igual se levantaría algo de viento y el pedaleo hacia Sevilla sería más plácido, al menos media hora menos de carrera, 30 minutos sin que el sol azote a los corredores.

Valor extra supone reunirse tras las vallas y en las posiciones de general bajo el sol, porque la zona vip de la carrera asume la poca sombra sevillana. “Si sopla el aire, 36 grados no son nada en Sevilla”, comenta una aficionada. Pero el viento ni está ni se le espera. Sólo soplarán los ciclistas después de cruzar la línea de llegada.

De Sevilla a Santander

Era el último esprint, por lo menos hasta Santander, en la tercera semana de competición. Ahora ya empieza un terreno de emboscadas, como este jueves entre Jerez y Yunquera, provincia de Málaga, un marco de escapadas, posiblemente en Córdoba, rampas de garaje en Cazorla, sierra de Jaén, y luego las montañas de Granada antes de que la Vuelta emigre hacia Galicia a la caza y captura de tierras más frescas en la península.

Todos miran de reojo dónde está Wout van Aert, que el miércoles entregó el jersey rojo de líder en las cuestas extremeñas. El astro belga se reserva para etapas como la sevillana, mientras Primoz Roglic, el líder, trata de sudar lo menos posible a rueda de sus compañeros de equipo, al igual que el resto de los primeros clasificados; entre ellos, Mikel Landa que pincha a 3 kilómetros de la meta, donde en llegadas llanas los corredores están protegidos y no pierden tiempo en caso de accidente o avería.

El abandono de Costa

Más mala suerte tiene Rui Costa, el ciclista portugués que robó la cartera a Purito Rodríguez y Alejandro Valverde, segundo y tercero, en el Mundial de Florencia disputado en 2013. A los 37 años sigue en activo, pero a una decena de kilómetros de la meta se da un leñazo de consideración e impacta con toda la potencia contra el suelo. Se levanta. Se le ve aturdido. Ya no se monta en la bicicleta y termina abandonando la carrera en una de las ambulancias de la prueba.

Favorito Van Aert

Todos dan como ganador a Van Aert, que busca la segunda victoria en la Vuelta. Viste ya la casaca verde que identifica, al igual que en el Tour, al corredor más regular y el que más puntos consigue por sus posiciones en la carrera. Van Aert, ha sido, tercero, segundo, primero y también segundo, en Sevilla; cuatro puestos de honor en cinco etapas disputadas. Como es habitual en él es el primero que ataca para sacar de rueda a los rivales y anotarse el triunfo. A las barbas se le sube un joven checo de 21 años, apenas conocido hasta este mes de agosto cuando se anotó dos triunfos en la Vuelta a Burgos, que ganó Sepp Kuss y precedió a la Vuelta como carrera preparatoria. 

El corredor, del conjunto DSM, se llama Pavel Bittner y logra una victoria doble en la Vuelta, la más importante de su corta carrera profesional y el hecho de conseguirla ante Van Aert, aunque para ello fue necesaria la ayuda de la ‘foto finish’ bajo ese calor especial de Sevilla.