Dos bronces más en La Defense y... ¡pedida de mano!

Miguel Ángel Luque y Enrique Alhambra sumaron dos medallas más para España en una primera tarde espectacular en La Defense

Luque con la medalla de bronce conseguida en París

Luque con la medalla de bronce conseguida en París / EFE

Albert Briva

Albert Briva

"No hay que romper la racha" aseguraba Miguel Luque antes de su llegada a París. Eran seis medallas en los seis Juegos en los que ha participado en la prueba de 50 metros braza SB3. Y dicho y hecho. El nadador catalán no falló a su cita y se colgó la medalla de bronce, la segunda para la delegación española y la primera en la majestuosa piscina de La Defense, donde España tiene depositadas muchas de sus esperanzas.

El deportista de Granollers, que a finales de 2023 se operó del hombro derecho, culmina con éxito un año de preparación para estos Juegos marcado por la recuperación progresiva de esa lesión. "Hay detrás un gran trabajo y esfuerzo. El secreto es la ilusión y confiar en las personas que están al lado tuyo" aseguraba eufórico poco después de imponerse por centésimas al ucraniano.

Minutos después, el bronce se lo colgó Enrique José Alhambra en la prueba de 100 metros mariposa S13. El valenciano, que disputa sus primeros Juegos en París, irrumpió por todo lo alto con una carrera de más a menos que le sirvió, y de qué manera, para reponerse de la centésima que le dejó fuera en los Juegos Paralímpicos de Tokio.

"Estoy alucinando. Es impresionante y además en esta piscina. Todo el mundo me han dicho que me lanzará a por la medalla y así lo he hecho" resaltaba el nadador mientras su gran amiga y compañera, María Delgado, que quedó sexta en su final de la misma categoría, le abrazaba emocionada por el logró conseguido.

La piscina dio las primeras alegrías a una delegación española que confía en sacar muchas más medallas de una Defense que como ya pasara en los Juegos Olímpicos, mostró un ambiente envidiable y ejemplar con un lleno hasta la bandera.

LA CIUDAD DEL AMOR

Y si en París hay algo que no puede faltar, es el amor. Así de claro lo tenía el triatleta español Lionel Morales, que aprovechando el primer día de competición se animó a pedirle matrimonio a su novia arropado por muchos de sus compañeros en la Villa Olímpica.

El tinerfeño, que asegura que se siente con confianza para luchar por las medallas, sabe bien lo que es luchar por la vida. Y no una, sino hasta en dos ocasiones. La primera, en 1997, cuando a causa de un accidente de moto le tuvieron que amputar una pierna. Se complicó y cerca estuvo de sufrir daños mayores.

En 2014, cuando lideraba su primer triatlón nacional a falta de 400 metros, notó una oleada de angustia que le subía por el cuerpo. Se desvaneció debido a un golpe de calor y pasó ocho días en coma inducido. De ambos episodios salió más fuerte y tras las citas de Río y Tokio aterriza en París con más hambre que nunca.

El primer paso, ya lo tiene. Ahora falta poner la guinda al pastel con una boda bañada en oro.