Juegos Olímpicos

El sueño de Jordi Xammar y Nora Brugman se aplaza 24 horas: "Nos va a venir bien"

Al regatista catalán le ha venido bien el aplazamiento de la regata final (medal race) para 24 horas después, puesto que las condiciones de viento que pronostican podrían impulsarle a la remontada que busca

Jordi Xammar, durante la jornada de este miércoles en Marsella.

Jordi Xammar, durante la jornada de este miércoles en Marsella. / M. D.

Manoj Daswani

"¡Vamos, vamos!", dice Jordi Xammar tras despedirse de los periodistas a los que verá otra vez mañana. Al regatista catalán le ha venido bien el aplazamiento de la regata final (medal race) para 24 horas después. Su sueño se aplaza, pero las condiciones de viento que pronostican los especialistas podrían impulsarle a la remontada que busca. Minutos después, en idénticos parámetros de optimismo, su compañera Nora Brugman exterioriza también optimismo.

"Llevo muchos años visualizando lo que puede ser el día de mañana", enunció el carismático deportista español, que tenía visita. No solo la institucional (Rodríguez Uribes, presidente del CSD), también la más importante: su familia y sus amigos del colegio. "Es una pasada que estén aquí", celebra. Su mujer Carmen, el bebé que viene en camino, sus padres y sus compañeros de clase no han querido perderse su cita con el podio.

Será una regata apasionante, con cuatro embarcaciones para tres puestos de privilegio. "Estamos extremadamente centrados en nuestro trabajo y deseando conseguir lo que tanto tiempo hemos soñado", apunta Xammar, uno de los grandes iconos de la vela nacional.

"Aunque tuviéramos un reto por delante fijado para este miércoles, mañana también se da el escenario perfecto para que sea un día inolvidable para todos", aduce, como si su mensaje fuese una pública exclamación de su proverbial optimismo y alegría desbordante. Incluso después de un día de fatiga y larga espera, su positividad sale a flote.

"Es increíble estar aquí otra vez, peleando por otra medalla. No sé si alguna vez había soñado conseguir dos. Voy a disfrutarlo, que es algo único", apunta. Entonces, viene Nora, su contrapunto. Igual de competitiva, igual de ambiciosa. "Me encantaría que fuese ya; si es con las condiciones que dan mañana, perfecto", indica. Las cuentas están claras: un segundo puesto en la regata final asegura la plata; un cuarto garantiza la medalla. Pero van a por el más difícil todavía: meter tres barcos entre Austria (actual líder de la general) y el 470 español, el barco de los sueños que mañana se hacen realidad.

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