JJ.OO. | Balonmano

Pytlick y Gidsel 'abusaron' de Francia en el ensayo de la esperada final olímpica

Dinamarca vengó su derrota en la pasada final olímpica con un 37-29 y una actuación casi perfecta en ataque

Las genialidades de Gidsel silenciaron a la afición francesa

Las genialidades de Gidsel silenciaron a la afición francesa / EFE

David Rubio

David Rubio

Que Francia y Dinamarca son las dos mejores selecciones del panorama balonmanístico masculino es algo que nadie se atreve a discutir. "Ellos están un escalón por encima de los siguientes candidatos, entre los que sí está España·, comentaba Gonzalo Pérez de Vargas a Prensa Ibérica antes de los Juegos.

La mejor prueba de ello es que ambas han copado las dos últimas finales olímpicas, saldadas con victoria escandinava en Río 2016 con el exazulgrana Jesper Noddesbo en sus filas y con triunfo 'bleu' en Japón 2020 con dos jugadores barcelonistas en sus filas como Dika Mem y Timothey N'Guessan.

Sin embargo, quizá actualmente la diferencia está en la portería, tal y como quedó patente en el partidazo que cerró la jornada del sábado en el Arena Sur 6 de la capital parisina con Niklas Landin demostrando por qué sigue siendo un genio mientras el veterano Vincent Gérard y Desbonnet no paraban ni los taxis.

El resumen del partido sería echar un vistazo a las prestaciones de dos de los nuevos genios del balonmano como son los daneses Mathias Gidsel y Simon Pytlick. El lateral derecho del Füchse Berlin marcó 11 de sus 12 lanzamientos y el lateral izquierdo del Flensburg también acabó con 11 tantos y, en su caso, dos errores.

En la portería, lo dicho. Landin, ahora en el Aalborg tras una sensacional carrera en el THW Kiel, se fue a las 15 paradas y a un 45% de efectividad mientras en el otro lado de la pista Gérard paraba 7 de 29 lanzamientos y Desbonnet acababa con un triste 2/11.

Dika Mem trata de frenar a Simon Pytlick

Dika Mem trata de frenar a Simon Pytlick / EFE

Además, la defensa escandinava supo limitar la importancia de las grandes estrellas 'bleus', dejando en cinco goles al azulgrana Dika Mem, en cuarto a Nedim Remili y en dos a Ludovic Fàbregas (ambos del Veszprém). De hecho, el más destacado de los anfitriones fue Hugo Descat (también del Veszprém) con siete tantos de ocho lanzamientos.

Y eso que el inicio del partido apuntaba a todo lo contrario, con Dika Mem y Remili liderando una salida en tromba francesa (4-9, min. 12). Ahí las paradas de Landin y el inicio del festival Gidsel-Pytlick permitió a Dinamarca igualar el duelo (13-13, min. 22) e irse arriba al descanso (18-17) tras un parcial de 12-6.

Lo de la segunda parte fue un progresivo hundimiento de los anfitriones ante la selección que mejor juega al balonmano, superando incluso a los Hispanos en este apartado colectivo pero con mucho más talento individual. Los de Guillaume Gille aguantaron hasta el 26-25 tras dos tantos del mítico Nikola Karabatic en el torneo de su retirada.

A partir de ahí, entra la pareja de figuras danesas y la aportación de otro ilustre veterano como Mikkel Hansen (seis goles con un solo error), los escandinavos dieron un puñetazo encima de la mesa de los Juegos Olímpicos con un sonoro 37-29 y un increíble 79% de acierto en los lanzamientos (37/47).