Vela

El puesto más ingrato de todos: cuarta plaza para Xammar y Brugman en Marsella

La vela española cierra así su concurso con un botín menor del previsto y soñado. Brilla y con mucha fuerza el oro de Diego Botín y Florian Trittel; pero se esperaban más alegrías en una marina donde apenas sopló viento

Jordi Xammar y Nora Brugman en la Medal Race de 470 mixto de los JJOO.

Jordi Xammar y Nora Brugman en la Medal Race de 470 mixto de los JJOO. / SEBASTIEN NOGIER / EFE

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Habían sido oro europeo y oro mundial, pero en los Juegos se les atragantó la regata decisiva. El peor resultado posible en el peor momento. Jordi Xammar y Nora Brugman vivieron su día más aciago en un concurso olímpico que había rozado la perfección por momentos, que les había confirmado como los reyes de la regularidad e incluso les permitía soñar con el oro. "Hago cuentas, pero solo hacia adelante", había anotado el catalán en las horas previas a su gran día.

Todo salió mal. Tras una salida indeseada fueron corroborándose los feos pálpitos y las perspectivas más grises a medida que avanzaba la manga. Aún así, hubo instantes en los que fueron bronce provisional e incluso plata. Había margen para la remontada, con los austríacos (líderes de la general) también sufriendo al inicio de la prueba.

No obstante, la situación fue torciéndose. Cada vez peor. El noveno puesto (entre diez participantes) para el dueto español les lastró tanto que les deja en el lugar más ingrato en unos Juegos. Cuartos, a dos puntos del podio. El metal se escapó por milímetros. Trago amargo, difícil de digerir para una pareja que lo tenía todo para triunfar, además a lo grande en estos Juegos que habían preparado al milímetro. 

La vela española cierra así su concurso con un botín menor del previsto y soñado. Brilla y con mucha fuerza el oro de Diego Botín y Florian Trittel; pero se esperaban más alegrías en una marina donde apenas sopló viento. Mal paisaje para la flota nacional, con un cierre de lágrimas y mucha decepción. Cero reproches a Xammar y Brugman -competitivos como nadie, guerreros en el agua, sensacionales todos los días menos el último- pero seguro son ellos quienes más sienten quedarse sin podio. Y sin fiesta. Fue un mal jueves en Marsella.