La pista mira a las medallas

Albert Torres, de Menorca, aspira este jueves al podio en la prueba de ómnium, que agrupa cuatro disciplinas

Sebastián Mora, de Vila-real, peleará el sábado junto al menorquín por el oro en el madison que tanto entusiasmaba a Joan Llaneras

Albert Torres, en primer término

Albert Torres, en primer término

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

La pista hay que amarla, como hacía Joan Llaneras, el histórico y el mejor, el ciclista mallorquín que ganó nada menos que cuatro medallas, dos oros y dos platas, entre Sydney y Pekín, y el que siempre tendrá en el recuerdo a Isaac Gálvez que se mató en el velódromo de Gante en 2006, una desgracia que nunca se olvida.

El velódromo siempre ha tenido en España un sabor mediterráneo con los mallorquines a la cabeza desde la época de Guillermo Timoner hasta los tiempos dorados de Llaneras, que ganó su última medalla olímpica en el madison junto a Toni Tauler, otro representante de la escuela balear.

En Barcelona 92, sin embargo, el primer oro español llegó desde el vecino Atlántico y las playas de Cádiz, con José Manuel Moreno Periñán, el ‘ratón’ de Chiclana, un título de kilómetro contrarreloj que consiguió en el velódromo de Horta al día siguiente de ganar Miguel Induráin el segundo de sus cinco Tours.

Para no perder la costumbre las aspiraciones españolas en la pista de Izu, a tres horas en autocar desde Tokio, pasan también por la vía mediterránea con un menorquín de Ciutadella, Albert Torres, y un castellonense de Vila-real, Sebastián Mora, ambos, en el mundo de la carretera, donde ya corren ahora buena parte de ‘pistards’, profesionales en el equipo Movistar.

Torres, sin ir más lejos, ha disputado los dos últimos Giros y hasta se ha permitido la diversión de colarse en alguna escapada. Este jueves participa en la prueba de ómnium, algo así como una especie de decatlón, aunque en una bici y con cuatro pruebas, el scratch, el tempo, la eliminación (quizá la más entretenida) y la puntuación, donde prima el fondo.

Para los profanos, con diversas peculiaridades, se trata de dar diversos giros al óvalo de la pista puntuando en algunas vueltas y al final, con la peculiaridad de la eliminación donde el último en varios esprints va quedando fuera de la carrera.

"Creo que estoy por edad, ilusión y ganas en el mejor momento de mi carrera", expresó desde Japón Torres, feliz porque en unos meses será padre y el mismo ciclista que el año pasado tuvo que aplazar la boda por el confinamiento como tantas y tantas y tantas parejas. Con 31 años ha sido dos veces campeón de Europa de ómnium, la última vez en 2017.

Dos representantes, dos carreras

"Tenemos opciones de medalla en las dos pruebas. Solo pido que no tengamos mala suerte”, pide el seleccionador de pista, Juan Martínez Oliver, de Almería, del Mediterráneo, buen especialista de pista en sus años profesionales y que como corredor de carretera tuvo el honor de ganar una contrarreloj en el Tour, en 1988, en el año de Perico.

Si este jueves toca ómnium, el sábado, en Vila-real están preparadas las pantallas para animar a Mora desde la distancia y al futbolista local, Pau Torres, que buscará el oro a base de chuts ante Brasil.

El sábado es el turno para el madison, la prueba en la que Llaneras era el mejor en sus tiempos, y donde Mora, en compañía de Torres, luchará por el oro olímpico, a base de relevos, de impulsos entre uno y otro con la mano, tal vez la prueba de pista más animada, con vueltas que se ganan, con pequeños pelotones que se dan a la fuga y con 50 kilómetros de esfuerzo donde la resistencia es básica. "Hay que tener en cuenta que se debe ser un gran fondista porque se rodará a un promedio de 60 por hora", explica Martínez Oliver. Y esto es una barbaridad.