Entrevista

Pascual Montparler, seleccionador de ciclismo: "La carrera será incontrolable"

El responsable del equipo nacional en los Juegos Olímpicos de París dirigirá el sábado en la carrera masculina a Juan Ayuso, Álex Aranburu y Oier Lazkano, y el domingo en la femenina a Mavi García y Mireia Benito

Pascual Momparler, entre Oier Lazkano y Mireia Benito, en París.

Pascual Momparler, entre Oier Lazkano y Mireia Benito, en París. / RFEC

Sergi López-Egea

- ¿Cómo afronta España la carrera olímpica de ciclismo?

- Pues ciertamente con mucha ilusión porque llevamos a tres chavales muy jóvenes, pero ya con la experiencia de haber corrido el Tour y varias clásicas. Lo importante en una carrera de 273 kilómetros como la que afrontaremos este sábado es que lleguen los tres con mucha ilusión, con ganas de correr y que las piernas los acompañen.

- ¿España tiene alguna ventaja con referencia a otras selecciones?

-Nosotros tenemos a favor que salimos con un 50 por ciento ganado con respecto a otras selecciones porque algunos rivales han llegado a París con los objetivos de la temporada cumplidos y porque hay ciclistas que después del esfuerzo en el Tour ya no están físicamente igual.

-Sin embargo, Juan Ayuso, tal vez el líder de los tres corredores seleccionados, viene a los Juegos después de abandonar el Tour por el covid.

 -La retirada del Tour por culpa del covid fue un jarro de agua fría para Juan. Empezó entrenando para los Juegos y al principio vio que no estaba físicamente como le habría gustado. Poco a poco ha ido entrando en forma. Creo que llega muy bien y con la idea de sacarse en París el mal sabor de boca por el abandono en el Tour. Aterrizó el jueves y está en la villa olímpica para constatar al espíritu de los Juegos. Llegó con Álex Aranburu. Oier Lazkano está aquí desde el inicio ya que corrió la prueba de contrarreloj.

-¿Cómo es el circuito?

-Para que la gente lo entienda hay dos circuitos en uno. Primero damos una vuelta de 200 kilómetros por los alrededores de París. La organización ha querido que la gente participe del ciclismo en los Juegos. Por eso, en vez de ir por las variantes, entramos al centro urbano de todas las localidades por las que pasaremos. Es otra complicación, porque siempre habrá que ir delante para evitar los cortes y los látigos. Luego, los últimos 70 kilómetros, discurren por un trazado urbano en París que contempla tres ascensiones a Montmartre, con adoquines y con una parte muy estrecha.

-Por lo que dice la carrera será incontrolable.

-Exacto. Y ahí incluyo a los corredores a los que todos damos como favoritos. Saldrá 80 ciclistas, pero sólo habrá 30 con el nivel suficiente para pelear por las medallas y los puestos de honor. Va a ser un día complicadísimo. Siempre con la duda de si hay que pillar o no la escapada adecuada. Además, resguardarte te puede dar un disgusto y quedar fuera de la pelea por las medallas. Con tres o cuatro corredores no hay táctica que valga ni gente suficiente para cerrar huecos en un momento determinado de la prueba.

-¿Si fuera la carrera del Mundial sería más fácil?

-Por supuesto, aunque dudo que la UCI hubiese apostado por este circuito. En el Mundial tampoco están autorizados los pinganillos para comunicarte con los corredores, pero tienes a cuatro o cinco ciclistas más en acción por selección y se puede controlar la carrera. Aquí será imposible.

-¿Quiénes son para usted los principales favoritos?

-Hay tres corredores que sobresalen. Son Mathieu van der Poel (Países Bajos), Remco Evenepoel y Wout van Aert (Bélgica). También el danés Mads Pedersen puede ser un corredor muy peligroso, pero habrá que ver su forma después de la caída sufrida en el Tour. Tampoco hay que olvidarse de los franceses que están siendo candidatos a las medallas en todos los deportes. Christophe Laporte, por ejemplo, acabó el Tour en una forma magnífica.

-De todas formas, Evenepoel y Van Aert corren en la misma selección. ¿Puede ser un matrimonio complicado y hasta un problema?

-Ya me gustaría a mí tener este problema, bendito problema. Los matrimonios complicados pueden ganar o perder carreras porque siempre puede surgir un Rui Costa como le pasó a España en el Mundial de 2013.