Balonmano

Dos generaciones, un solo objetivo: Los 'Hispanos' quieren conquistar París

Rodrigo Corrales e Ian Tarrafeta, dos jugadores que representan dos generaciones del balonmano comparten sus impresiones sobre el equipo.

La selección española masculina de balonmano antes de enfrentarse a Japón en París.

La selección española masculina de balonmano antes de enfrentarse a Japón en París. / EFE

Begoña González

Tras imponerse a Japón y Eslovenia pero haber perdido contra Suecia, una de las selecciones favoritas, en 48 horas la selección masculina de balonmano se medirá a Alemania. Los 'Hispanos' saben que tienen opciones de traer a casa una medalla olímpica durante estos juegos de París, pero que no va a ser fácil. Para algunos jugadores podría ser la primera, para otros sumaría al bronce de Tokio 2020. Pero sea como sea, los hombres de Jordi Ribera saben que para conseguirla deberán seguir compaginando la experiencia y el arrojo de las dos generaciones de deportistas que conviven en este equipo.

España no se baja del podio en una gran competición internacional (Mundial, Juegos Olímpicos y Europeos) desde el Campeonato del Mundo de 2015, cuando fue cuarta, pero tras Tokio 2020, parte del equipo se retiró. Grandes nombres como Viran Morros, Raúl Entrerríos o Dani Sarmiento pusieron el broche, de bronce en este caso, a sus carreras tras alzarse con la medalla olímpica y abrieron paso a una nueva generación de jugadores hambrienta de títulos y medallas. Casar esta nueva generación y su arrojo, con la experiencia de los veteranos que quedan ha sido la principal tarea del seleccionador cuyo éxito se ha demostrado con el bronce mundial conseguido en 2023. Ahora, los Hispanos buscarán conquistar París para seguir sumando gestas a su palmarés.

Rodrigo Corrales

Rodrigo Corrales es uno de esos veteranos que quedan. Fue uno de los héroes del bronce de Tokio con su brillante actuación bajo palos y tiene claro que quiere repetir su gesta. "Quiero repetir lo que sentí en Tokio", afirma el portero de la selección. Y cree que tienen muchos números. "Los nuevos jugadores han entrado con muchísimas ganas. Es cierto que venimos de una generación de jugadores que han dejado el listón altísimo, que han dejado mucha huella, pero los nuevos han venido cargados de motivación", segura el gallego.

"La juventud trae inocencia pero también mucha energía… Los resultados han sido buenos y cuando eso acompaña, siempre es más fácil. Después del bronce de Tokio, conseguir en Budapest la plata europea, quizás fuera algo inesperado para muchos aficionados, pero no por ello es menos importante. Era una primera adaptación al nuevo conjunto", explica Corrales.

España siempre ha estado entre las selecciones favoritas en todas las competiciones, y la marcha de algunos jugadores estrella supuso un periodo de duda ante lo que debía seguirse esperando de estos Hispanos renovados. La presión por mantener ese estatus de favoritos, en ocasiones afecta al rendimiento de los equipos, pero a ellos solo les ha empujado a entrenar más duro. "La medalla olímpica significó el mundo para nosotros, y más que presión por repetirlo, lo que sentimos es el deseo irrefrenable de volver a experimentar esa sensación. No es presión, al revés, es la confianza de saber que haciendo las cosas bien, trabajando bien y siendo un equipo solidario podemos volver a experimentarlo y esa sensación es una de las más bonitas que hay en el mundo del deporte", afirma el guardameta.

Para lograrlo, Corrales tiene claros los puntos fuertes de su conjunto. "Somos solidarios, cada uno ha aceptado a la perfección su rol en el equipo. Los jugadores respetan muchísimo a Jordi y siguen al pie de la letra sus indicaciones", zanja.

Ian tarrafeta

Ian Tarrafeta es una de las estrellas emergentes de la Selección masculina. Conocido en las bases, lideró cada una de las generaciones en las que ha ido jugando y el pasado año debutó con la absoluta en el Mundial que les valió un bronce. El central ha demostrado con su juego estar suficientemente capacitado para tomar el relevo de la generación que se jubiló tras los Juegos de Tokio. "Nos están guiando, explicando como funcionan las cosas. Hay compañeros que ha vivido mucho y tienen mucha experiencia y nosotros somos como esponjas. Nos ayudan tanto en el campo como fuera de él", afirma el central catalán. "Somos una combinación de generaciones, los de la época dorada de la que aún quedan algunos que todavía les queda mucho por dar y los que acabamos de llegar", resume.

A pesar de su "corta" experiencia, Tarrafeta asegura que está sabiendo llevar la presión de las expectativas. "Esta generación dorada malacostumbró un poco a la afición porque siempre han estado en el 'top'. No es que los nuevos sintamos presión, es que la hay. Sabemos que tenemos opciones, pero que tendremos que trabajar duro", reflexiona el central del Pays d'Aix UCHB. Acerca de su trabajo, no tiene dudas: "Estamos trabajando con mucha humildad, pero con todas nuestras fuerzas para poder demostrar a aquellos que han confiado en nosotros y nos han dado la oportunidad de jugar que estamos al pie del cañón".

Su trayectoria en la Liga francesa podría ser uno de sus puntos fuertes de cara a estos juegos. "Jugar en Francia me ayudó muchísimo a crecer como jugador, es una liga muy diferente, mucho más física que me ha hecho progresar en otras áreas del balonmano, sobre todo en el tema físico y defensivo", asegura el central que se define como un jugador "seguro". "Arriesgo poco con los balones, sé sacar lo mejor de mis compañeros y sé ver cuando un compañero es capaz de dar un buen cruce para aprovecharlo", afirma.