fútbol

¿Qué le pasa a Brasil?

El favorito indiscutible a la medalla de oro no ha despegado. El equipo de Neymar ha disputado 180 minutos contra Sudáfrica e Iraq y no ha pasado del 0-0. Los dos empates son dos mazazos a la credibilidad de un equipo que solo despierta dudas

Neymar, objetivo de la ira de la 'torcida' brasileña

Neymar, objetivo de la ira de la 'torcida' brasileña / sport

Joaquim Piera

La ‘baby canariha’ ha entrado en modo depresión. Y la ‘torcida’, en modo desesperación. Nadie en Brasil podía esperar que la Seleçao más ofensiva de la última década embarrancase contra dos rivales de un prestigio tan dudoso como Sudáfrica e Iraq. Los sendos empates a cero son la perfecta escenificación del desconcierto táctico y técnico en que está inmerso un equipo, que era la niñita de los ojos del país, y que ahora, incluso, ve peligrar su clasificación para los cuartos de final.

ESTRELLA SOLITARIA

 Neymar está en un callejón sin salida. Cuando da la cara, lo critican; cuando está de vacaciones, como en la Copa América, y publica unos exabruptos en las redes sociales, le caen más palos; y cuando entre callado y sale mudo de la zona mixta, aún peor. La Confederaçao, impregnada de corrupción y tomada por el desgobierno, ya lleva demasiado tiempo dejando al barcelonista solo ante el peligro.

EL TRIDENTE, PARALIZADO

El trío Gabigol, Gabriel Jesus y Neymar, que tiene un valor de mercado de 177 millones de euros, ha pasado en blanco ante las selecciones sub-23 de Sudáfrica e Irak. La incapacidad manifiesta de cara a portería de la ‘baby canarinha’ la ha llevado a una situación crítica. Las miradas se han vuelto hacia el ‘presidente’ del equipo, porque sus ministros están desaparecidos en combate. Quizás Gabigol, que será vendido al Inter de Milán en los próximos días, es el único que interpreta el mismo solfeo que Ney con intercambio de posiciones, movilidad y asociación. Aquel Gabriel Jesus por el que el City de Soriano, Txiqui y Guardiola ha pagado 32 millones de euros no existe. El delantero, de 19 años, se arrastra por el campo sin colocación ni punch. Es, sin duda, la gran decepción del equipo. Su substitución contra Irak cuando Brasil más necesitaba un gol es un serio aviso de su seleccionador.

COMIDOS POR LA PRESIÓN

El ‘baby canarinha’ nació el 18 de julio cuando empezó la preparación en Teresópolis. Nunca antes este grupo había trabajado junto. No hay automatismo ni complicidad dentro del campo. La ansiedad está perjudicando mucho. Los segundos tiempos, cuando Brasil más se ve con la obligación de marcar, el equipo pierde el dibujo táctico y se olvida de los principios tácticos que predica el técnico Rogério Micale: posesión y circulación rápida de balón.