Mi verdad

El día que Samaranch cambió la historia de Barcelona

Josep Maria Casanovas

EL PAPEL DE SAMARANCH. Hoy hace 25 años se produjo el punto de inflexión clave en la historia de la Barcelona moderna. Pasamos de ser una ciudad de segundo nivel a convertirnos en la capital deportiva del mundo. La nominación olímpica de 1986 fue ver cumplido un sueño maravilloso, una bendición divina, un hito memorable que despertó una ilusión ciudadana como no se había visto nunca. Pero aquello no fue un regalo caído del cielo, tampoco fue una conquista económica y mucho menos una elección afortunada. Las cosas se hicieron bien y hubo un personaje clave que hizo el milagro posible. Veinticinco años después toca decir las cosas por su nombre, el artífice de la consecución de los Juegos tiene nombre y apellido, Juan Antonio Samaranch. La personalidad y prestigio del entonces presidente del CIO fue determinante. Solo así se explica que Barcelona goleara a París (47 votos contra 23) en la elección final.

UN LEGADO IMPRESIONANTE. Veinticinco años después es de justicia reconocer que el legado que han dejado los Juegos es impagable. Hasta que Samaranch dijo aquella frase inolvidable: “A la ville de Barcelona”, vivíamos en una ciudad sin ilusiones, en un país que solo llevaba diez años de democracia y tenía una pobre presencia en los grandes organismos internacionales. Los Juegos fueron la llave del gran cambio. Barcelona se abrió al mar y dio un salto adelante de treinta años en infraestructuras e instalaciones. España dejó de ser el país de la siesta para presumir de modernidad. El deporte español planificó un plan ADO (Ayuda al Deporte Olímpico) que aseguró una buena cosecha de medallas en 1992 y a la vez fue la semilla del gran momento que vive ahora nuestro deporte a nivel internacional. Todo esto gracias al Papa del Deporte, al hombre que revolucionó el olímpismo, al presidente del CIO que vivió en su ciudad los mejores Juegos de la historia.

RECONOCIMIENTO A PASQUAL MARAGALL. Hoy somos veinticinco años más viejos pero estamos muy felices de poder evocar nuestra memoria olímpica. No olvidaremos nunca la fantástica ceremonia inaugural que puso el puente de plata a dieciséis días de gloria, el momento mágico del arquero encendiendo el pebetero, diez mil atletas cubiertos por la bandera olímpica, una retransmisión histórica que puso a Barcelona en el mapamundi. Para celebrar la nominación olímpica de 1986 en Lausana, el alcalde Trias inaugurará hoy el Centro de Estudios Olímpicos y del Deporte en el Estadio de Montjuïc. Será como un homenaje a la generación del 92 y muy especialmente un reconocimiento al alcalde olímpico, Pasqual Maragall, que ahora se lo merece más que nadie.