EEUU

Trump aprovecha la condena para reforzar su carrera electoral y Biden alerta de sus ataques a la justicia

El primer expresidente de Estados Unidos ha denunciado que EEUU es un “estado fascista”, como viene haciendo desde hace más de un año, cuando fue imputado en Nueva York en el caso por el que el jueves fue declarado por un jurado popular 34 veces culpable

Donald Trump.

Donald Trump. / Andrea Renault/ZUMA Press Wire/d / DPA

Idoya Noain

Posiblemente solo Donald Trump es capaz de, horas después de convertirse en el primer expresidente de Estados Unidos condenado por lo penal, declararse “muy honrado” de estar en el centro de este capítulo sin precedentes y sísmico en la historia del país. Es justamente lo que ha hecho este viernes en una comparecencia ante la prensa en la Torre Trump de Nueva York, un discurso (aunque lo había convocado como rueda de prensa) en el que ha demostrado que aprovecha la condena para reforzar su carrera electoral de cara al 5 de noviembre, cuando vuelve a medirse con Joe Biden en un duelo donde el impacto político de lo sucedido es una gran incógnita.

Trump ha denunciado que EEUU es un “estado fascista”. Como viene haciendo desde hace más de un año, cuando fue imputado en Nueva York en el caso por el que el jueves fue declarado por un jurado popular 34 veces culpable, ha asaltado como “amañado” el proceso, que ha tildado también de “muy injusto”.

Su furia la ha dirigido, como acostumbra, especialmente hacia el juez que ha presidido el juicio y lo sentenciará el 11 de julio, Juan Merchan, y el fiscal que ha planteado y ganado el caso, Alvin Bragg. También contra su rival en los comicios, Biden, al que una vez más ha acusado sin pruebas de haber politizado al Departamento de Justicia para asediarle.

Los asaltos a la integridad del sistema judicial por parte de Trump, parte de una estrategia en la que está teniendo la colaboración de los líderes del Partido Republicano, ha llevado a Biden a dar una respuesta este viernes. Antes de hacer una declaración sobre Israel y Gaza, el mandatario ha defendido el proceso en Nueva York como una "reafirmación del principio de que nadie está por encima de la ley" y ha asegurado que "el sistema ha funcionado" y seguirá funcionando con garantías procesales para el republicano. "Decir que esto ha estado amañado porque no les gusta el veredicto es temerario, peligroso e irresponsable", ha denunciado.

Victimismo, populismo, xenofobia

El discurso de Trump ha sido una réplica casi exacta del que lleva lanzando meses en campaña. En él hay una combinación del mensaje populista de persecución con que moviliza a sus bases y que resume la frase “si me pueden hacer esto a mí se lo pueden hacer a cualquiera”.

Tenía también altas dosis de ese mejunje entre xenofobia y apocalipsis con que construye su fatalismo sobre la inmigración, endurecido más si cabe que aquel que en 2015, en ese mismo lobi de la Torre Trump, centró el anuncio de su primera candidatura.

En aquella ocasión, a diferencia de este viernes, a su lado estaba su esposa, Melania Trump, a la que no se ha visto públicamente a su lado mientras se dirimía en los tribunales un caso originado por el pago para silenciar a Stormy Daniels, la estrella del porno que asegura que mantuvo con Trump un encuentro sexual. Trump solo admitía, a la vez que hacía su declaración de sentirse “honrado de pelear por la Constitución”, que todo estaba siendo “muy desagradable para la familia, los amigos, los negocios”.

Refuerzo a la campaña

La comparecencia ha estado plagada también de sus habituales distorsiones de la realidad exageraciones. Pero ha servido también para reconfirmar que la condena, que como ya había adelantado su abogado ha anunciado que va a apelar, la va a utilizar como combustible. El monólogo le ha servido, por ejemplo, para negar acusaciones sobre sus acciones en el día del asalto al Capitolio. Y en él uno de sus momentos más exultantes ha llegado cuando ha contado que, en las 10 horas siguientes al veredicto, su campaña recaudó de pequeñas donaciones 39 millones de dólares.

En esa campaña y apoyándose en la condena en Nueva York Trump redobla los ataques a las instituciones democráticas que ha hecho parte fundamental de su legado político y que late en sus planes para un segundo mandato. Y en ese minado de la confianza en la integridad del sistema, ahora especialmente el judicial, se ve respaldado por los políticos y líderes del Partido Republicano, que vuelven a cerrar filas, con más contundencia si cabe, en torno a un líder que ya tiene un dominio férreo de la formación y un respaldo inquebrantable de las bases alineadas con el movimiento MAGA (las siglas en inglés de Hacer América grande de nuevo).

Las declaraciones de los políticos conservadores defendiendo a Trump y cuestionando el proceso desde el jueves que indirectamente ha criticado Biden han sido casi tan unánimes como el veredicto del jurado. Pero además se respira un intenso ánimo de represalia y con el control de la Cámara Baja del Congreso en sus manos los republicanos ya han puesto en marcha la maquinaria para buscar intensificar la presión. El ultra Jim Jordan, uno de los mayores aliados en Capitol Hill de Trump, ha anunciado este viernes que convocará al fiscal Bragg y a uno de los principales investigadores del caso penal de Nueva York a comparecer ante un comité creado para estudiar la supuesta politización de Justicia el próximo día 13.

El impacto político

El terremoto de la condena, y la réplica que puede llegar el 11 de julio con la sentencia, sacuden una carrera electoral que hasta ahora estaba dominada según las encuestas por Trump pero que también se palpaba algo estancada, con muchos votantes desganados ante la perspectiva de tener que volver a elegir otra vez entre los candidatos de 2020, ahora con 81 años en el caso de Biden y 77 en el de Trump.

El gran interrogante es hasta qué punto lo ocurrido alejará a votantes republicanos más moderados o a indecisos de la opción de un candidato que ya ha superado muchos escándalos y problemas políticos pero que ahora ha sumado una condena penal a las derrotas en casos civiles y que tiene otras tres causas penales con 54 cargos aún pendientes, aunque casi con toda certeza no se resolverán ante del 5 de noviembre.

Los sondeos por ahora no dejan una imagen clara de qué puede pasar. Eso sí, apuntan a ligeras oscilaciones, y cualquier cambio marginal a favor del demócrata, sobre todo en estados bisagra, puede resultar determinante.

Trump, que el jueves decía que “el verdadero veredicto llegará el 5 de noviembre, por el pueblo”, insistía este viernes en marcar esa jornada electoral como “el día más importante en la historia del país”. Y también Biden había reaccionado al veredicto diciendo que “solo hay una manera de mantener a Trump alejado del Despacho Oval: las urnas”. El mensaje del demócrata tenía un fondo similar pero una sutil e importante diferencia: incluir el voto por correo y anticipado, otros de los elementos del sistema que Trump cuestionó en 2020.

Hasta que punto Biden usará personalmente la condena de su oponente, con el que se mide en un primer debate el 27 de junio, es un misterio. Pero un portavoz de su campaña reaccionaba a las declaraciones de este viernes de Trump asegurando que el republicano se había mostrado en la comparecencia “confundido, desesperado y derrotado”.