VIAJE AL GIGANTE ASIÁTICO

Sánchez lleva al todopoderoso presidente chino Xi un mensaje contra la posibilidad de una guerra comercial

También expresa al primer ministro del país su “sorpresa” por la investigación al porcino español por presunto dumping

Sánchez busca salvar el porcino español en China

Agencia ATLAS | Foto: EFE

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Mientras Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Brasil aprietan a China con aranceles a sus vehículos eléctricos subvencionados, para evitar que inunden sus mercados, Pedro Sánchez ha llevado a Pekín este lunes un mensaje contra las guerras comerciales. El presidente español se ha reunido con el presidente Xi Jinping y con el primer ministro Li Qiang, y con ambos ha hablado de la resolución negociada de las disputas.

“Una guerra comercial no beneficiaría a nadie", ha dicho el presidente español en el encuentro del llamado Consejo Asesor Empresarial hispano-chino, un cónclave del que forman parte 21 compañías chinas y 22 españolas interesadas en aumentar el flujo comercial y de inversión bilateral. Han asistido a este encuentro por parte de España: Alsa, Grupo Antolín, BBVA, Cepsa, Denodo, Gestamp, GRI Renewable Industries, Grupo Jorge, Isdin, La Liga, Mondragón, Nicolás Correa, Osborne, Roca y Técnicas Reunidas.

La industria del porcino español está inquieta porque el Gobierno chino amenaza con importantes aranceles, como represalia a los que la Unión Europea ha impuesto, de forma temporal y con el voto favorable de España, a los coches eléctricos. Y el cerdo es una de las partidas clave que exporta España al país asiático. En ocasiones, la primera. En 2023 ascendió a 1.233 millones de euros.

“Medidas como la imposición de aranceles adicionales a los vehículos eléctricos chinos suponen un reto para todos”, ha dicho Pedro Sánchez durante la inauguración del Foro España-China, también en Pekín. El presidente garantiza que España trabajará por una solución negociada y acordada en el marco de la Organización Mundial del Comercio, donde ya se emplean en resolver el choque comercial. También lo hacen bilateralmente las empresas de automóviles chinas con la Comisión Europea. “En este entorno es vital que España y China mantengamos un diálogo constructivo y fundado en el respeto mutuo", ha puntualizado.

Necesidad de negociación

El mensaje que lleva el presidente a China y que telegrafía Moncloa consta de esos dos pilares. El primero es que comenzar una guerra de aranceles no beneficia a nadie. El segundo, que la solución a los diferendos debe ser consensuada y negociada. Pero todo lo está presentando con giros diplomáticos y dialécticos, al menos en público. No desvela si España votará a favor o en contra en Bruselas de que se impongan aranceles al vehículo eléctrico chino durante los próximos cinco años. 

El presidente, al menos en lo que ha trascendido, ha sido suave con sus anfitriones: negociar, pactar, acordar. En privado, según Moncloa, no se iban a arrugar a la hora de exponer a los líderes de la gran fábrica del mundo que la cosa no puede seguir igual: China debería de dejar de imponer certificados exóticos a los alimentos exportados desde España para frenar su venta, y reconsiderar sus políticas comerciales. Porque el déficit comercial que tiene España con China es insostenible. El segundo peor de la Unión Europea. No llegamos a colocarles 8.000 millones de euros en productos, pero les compramos cerca de 45.000 millones. Lleva así mucho tiempo, pero la brecha empeora. 

Política bilateral entre China y España

A media mañana, hora local, el presidente y su comitiva asistían a una ceremonia de bienvenida en el Palacio del Pueblo, un imponente edificio en la malfamada plaza de Tiananmen, donde miles de manifestantes fueron masacrados en 1989. Los tiempos han cambiado, y China es la segunda potencia económica del mundo. Un país de más de 1.400 millones de habitantes del que no se puede prescindir, afirman en el Ejecutivo.

Por eso, en su encuentro con el primer ministro chino, Li Qiang, el segundo hombre más poderoso del país, Sánchez ha hecho una defensa de la necesidad de "tender puentes" desde allí hasta Europa y de defender el marco multilateral. Se ha mostrado el político español “sorprendido” por la investigación abierta por China al porcino español. 

El socialista ha asegurado que España quiere seguir estrechando relaciones con China. Por eso ha visitado el país en menos de año y medio, algo inédito para un presidente español. El año pasado se celebró el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos Estados.  

Según fuentes presentes en la reunión a la agencia EFE, el primer ministro chino elogió el crecimiento de la economía española en los últimos años y los avances que ha habido en materia de transición verde y digital, y explicó que China está ampliando la apertura al exterior. Durante la pandemia de Covid, el Partido Comunista decidió echar el cerrojo y eso produjo un fuerte decrecimiento del país y problemas serios en la cadena de suministro global. Ahora ha llegado el momento de recuperar el terreno perdido, arguyen en Pekín.

Pedro Sánchez se ha reunido también con el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji. Se trata de un órgano legislativo que en realidad se limita a poner el sello a las decisiones que toma Xi Jinping y su Gobierno. 

La imagen del día y de la visita ha sido la del encuentro con el todopoderoso Xi, un líder que ha decidido perpetuarse en el poder, rompiendo la tradición de que ningún miembro del PCCh mantenga la presidencia durante más de ocho años. Xi lleva ya 11 ostentando un poder total, que incluye fuerte represión de la disidencia, especialmente en la región musulmana de Xinjiang.

No ha trascendido si Sánchez ha abordado los problemas de respeto a los derechos humanos de las minorías o disidentes. Sí que ha destacado el “papel central” de China en el mundo y ha ofrecido a Xi una "labor constructiva". "España quiere trabajar de manera constructiva para que las relaciones entre ambas regiones sean más cercanas, más ricas y más equilibradas. Eso redundará -añadió- en el beneficio y la prosperidad de nuestras sociedades". El autócrata chino ha ofrecido después una cena de gala al presidente español.